El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni ha admitido que el suicidio de las dos hermanas de San Andreu horas antes de ser desahuciadas es la “cara más dura y dramática” de la emergencia residencial, uno de los problemas más graves de la ciudad. Collboni ha defendido la necesidad de garantizar al derecho en una casa y ha pedido “corresponsabilidad” y “más presupuesto” al Govern y al Estado. “Los ayuntamientos llegamos hasta donde llegamos”, ha advertido en la inauguración de un centro de alojamientos temporales al barrio de Sant Pere, en Ciutat Vella. De este modo, el alcalde ha hecho saber que es la Generalitat, pero también el gobierno español los encargados de trabajar contrarreloj para intentar palia las consecuencias de una crisis que en Barcelona ya se está cobrando vidas.
Collboni ha afirmado en unas declaraciones este martes que este suicidio es una “tragedia” y ha trasladado el pésame a los familiares y el entorno de estas dos hermanas, con quienes el Ayuntamiento de Barcelona había intentado contactar varias veces cuando los llegó el caso del juzgado, pero no obtuvieron respuesta. Precisamente durante la intervención también ha remarcado la necesidad de ayudar a personas en esta misma situación desde la administración pública y ha inaugurado un nuevo espacio para personas en la situación en la cual se encontraban las hermanas. La equipación va dirigido a personas mayores de 50 años que se hayan quedado sin casa y se encuentren en situación de grave vulnerabilidad. Tiene capacidad para 20 personas que ahora estén en pensiones.

Medidas que según Collboni son efectivas
En su intervención sin preguntas, Collboni ha defendido la declaración de zona tensionada y la aplicación de la regulación de los precios de los alquileres ante la crisis de la vivienda en Barcelona y que ha llevado a un nuevo récord del alquiler mediano (1.193) en el primer trimestre, cuando todavía no había entrado en vigor el tope. En este sentido, el alcalde confía que en los próximos meses se vea el impacto de las medidas.



