El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado el Plan Especial Urbanístico y de Mejora Urbana en el ámbito que une la Fira de Barcelona y la Model, a los pies de la montaña de Montjuïc. No es un anuncio políticamente relevante, pero sí un paso importante técnicamente. El proyecto aprobado aterriza sobre cuatro planos la distribución y el detalle de los diferentes equipamientos y las 548 viviendas públicas que se ha previsto construir en la zona. Las líneas maestras del proyecto, que se impulsó durante el mandato de Ada Colau, no cambian. Se mantiene el inicio de obras fijado con Collboni en la alcaldía, previsto para el 2029; Colau quería impulsar la renovación del espacio ferial y las futuras viviendas todo a la vez, pero la nueva zona residencial comenzará finalmente a construirse más tarde –la Fira debe estar lista para el centenario de la Exposición Universal de 1929– y terminará en 2033.
Los tenientes Laia Bonet y Jordi Valls, responsables de urbanismo y economía del ejecutivo de Collboni, han defendido que los últimos dos años se ha colocado “cada pieza en su lugar” y que se ha buscado cómo ganar una cincuentena de viviendas dotacionales más. “Las obras comienzan en 2029 porque en medio hay un período muy importante de papeles -estudios y burocracia- y porque tenemos que trasladar el centro de coordinación operativa de emergencias al parque de las Tres Chimeneas, que está previsto para 2027”, ha indicado Valls. Los Comunes, el año pasado, cuando se supieron las nuevas fechas, criticaron a Collboni por priorizar la reforma del espacio de congresos de Montjuïc a la creación de las viviendas.
Meses es tarde, Valls ha enmarcado la llegada de un nuevo tejido residencial en la posibilidad de poder acoger congresos en la Fira de Gran Via (l’Hospitalet de Llobregat), que terminará de ampliarse en 2026. La arquitecta en jefe del Ayuntamiento, Maria Buhigas, también ha matizado que las cuatro demoliciones previstas se harán a medida que los servicios se vayan trasladando a nuevos espacios.
Las nuevas viviendas, que aún se deben definir, harán aumentar el parque público cerca de un 4%. Los pisos se integrarán en una nueva zona urbana que también dispondrá de un pabellón municipal, un centro médico nuevo y la ampliación de una escuela. El nuevo CAP se ubicará en la calle de Lleida, muy cerca de la Avenida Paral·lel, y el nuevo pabellón deportivo en la avenida de Rius i Taulet, al lado de la escuela Mossèn Jacint Verdaguer. Se trata de un “barrio nuevo” que, a pesar de no tener estructura administrativa como tal, ganará el máximo de equipamientos posibles, ha dicho Bonet. “Priorizamos lo que llamamos derecho a quedarse”, ha insistido, repitiendo un mantra bastante extendido entre los miembros del gobierno de Collboni y que ha llegado para quedarse.

El Ayuntamiento también valora los 6.858 metros cuadrados de espacio verde con “vegetación abundante, sombra, mobiliario urbano, juegos infantiles y zonas de estancia” que plantea la letra pequeña del proyecto. Los técnicos también trabajan para aterrizar un nuevo “sistema caminable” –que no superilla– que permita enlazar diferentes espacios entre la calle de Lleida y la calle de la Guardia Urbana para “favorecer la movilidad cotidiana a pie y la cohesión social”.
A la espera del metro
El proyecto de transformación de Montjuïc también contempla la ampliación de la línea 2 del metro hasta la Zona Franca. Un proyecto rescatado en este mandato, pero que aún no tiene ninguna fecha clave en el calendario. La teniente Bonet ha recordado, sin añadir nuevas fechas, que la Generalitat está “actualizando el proyecto” y que es a partir de los resultados que se obtengan de estos informes que estarán en condiciones de decir “qué impacto tiene la ampliación y cuál es el calendario”.
