Barcelona es visitada cada año por millones de visitantes, pero no siempre este hecho es un atractivo para ir a algún lugar. Por ejemplo, así lo ve Fodor’s Travel, una plataforma de información turística y guía de viajes en línea, que como cada año ha elaborado la No List, las ciudades y espacios del mundo en los cuales no hace falta ir este 2025, y uno de los motivos es la masificación turística. La capital catalana se sitúa en la parte alta de la tabla, concretamente, en segundo lugar, solo con Bali (Indonesia) por encima, encabezando la lista.
Otros destinos del Estado en el ránking
Detrás de Barcelona hay otros destinos del Estado, como Mallorca y las Islas Canarias, en tercer y cuarto lugar, respectivamente. Venecia, otra ciudad europea con millones de turistas anuales, se encuentra en el quinto lugar, y Lisboa ocupa el sexto. En cambio, Madrid, no aparece en la lista de 15 ciudades y rincones que hay que evitar. Fodor’s Travel sí que cita el Everest, en el octavo lugar de la clasificación. El hecho de que cada año se elabore la No List responde al hecho de que algunos de los destinos más queridos del mundo «puedan continuar siéndolo para la próxima generación».
Barcelona ya ha aparecido en la ‘No List’ otros años
Tal como recoge Time Out, Barcelona ya apareció en este ránking los años 2020 y 2023. Fodor’s Travel pone el énfasis en uno de los problemas más importantes de la ciudad: el acceso a una vivienda digna, con los precios del alquiler disparados. Y hace referencia a los más de 10.000 pisos turísticos que hay en la ciudad, unas viviendas a las cuales el alcalde Jaume Collboni ha puesto fecha de caducidad: el año 2028, cuando está previsto que no se renueven las licencias.
El año 2024 ha sido un año especialmente crítico por parte de los movimientos y colectivos que son partidarios del decrecimiento turístico por la celebración de la Copa América de vela, con una inversión millonaria por parte de las administraciones públicas y un discreto éxito de público, del show de la Fórmula 1 en el paseo de Gracia, o por permitir que la marca Louis Vuitton -principal patrocinador de la Copa América de vela- celebrara un desfile privado en el Parque Güell.
