El nuevo comisionado para la Gestión del Turismo Sostenible del Ayuntamiento de Barcelona, el geógrafo y profesor universitario José Antonio Donaire, choca con Jaume Collboni por la ampliación del aeropuerto de El Prat. En un hilo que publicó en la red X el pasado septiembre [ver aquí], Donaire se posiciona claramente en contra de hacer más grande la infraestructura aeroportuaria barcelonesa.

«Ampliar el aeropuerto de El Prat es probablemente un error mayúsculo. Entiendo los porqués, los valoro, e intento integrarlos en la valoración final. Pero me pesan muchísimo los argumentos contrarios», escribió en X el pasado septiembre. En su reflexión, Donaire apuntaba que para llevar a los turistas a Barcelona (básicamente en avión) «emitimos nueve millones de toneladas de CO₂ a la atmósfera, es decir, como 20 millones de osos polares. Toda Barcelona (gente, coches, industrias) emite tres millones, tres veces menos».

«Tirar el dinero»
En opinión del profesor de la Universidad de Girona, volar será cada vez más caro «porque hemos comenzado a incorporar (una parte de) las externalidades de los aviones. Volaremos menos porque será mucho más caro, y volaremos mejor». Y se preguntaba: «¿Por qué ampliamos una infraestructura de un sistema de transporte condenado a reducirse?». Según Donaire, «hacer más carreteras y aeropuertos es tirar dinero y territorio por el desagüe».

En el hilo, Donaire defendía que no se necesitan más aviones, sino más trenes. «De hecho, necesitamos muchísimos más porque el Fit for 55 limitará el uso del vehículo privado y si no tenemos alternativa de transporte colectivo, condenamos a las clases populares a la inmovilidad». El Fit for 55 es un paquete de medidas de la Unión Europea para reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero un 55% en 2030.

Los vuelos directos están sobrevalorados
Con tesis más próximas a Barcelona en Comú y ERC que al PSC en esta cuestión, el nuevo comisionado para la Gestión del Turismo Sostenible también subrayaba el pasado septiembre que los vuelos directos están sobrevalorados. «Imaginemos una señora que vive en Hong Kong y que tiene previsto asistir al Mobile. ¿Me quieren convencer de que su decisión depende de si hay un vuelo directo a Barcelona o tiene que hacer escala en París? Ir de Hong Kong a Barcelona en un vuelo directo son 12 horas y media. Con una escala (París, Londres), son unas 15 horas. ¿Y estamos discutiendo de veras que la decisión de venir o no al Mobile estará condicionada por esa hora de espera en el Charles de Gaulle?».

La propuesta que el gobierno de Salvador Illa ha acordado con Aena es que la pista del mar del aeropuerto se alargue unos 500 metros, por el lado de la Ricarda, y pasará de 2.660 metros a 3.160 de carrera de despegue para poder acoger “vuelos intercontinentales con aviones de fuselaje ancho y con la mínima incidencia posible en los espacios de interés natural”. Las obras se prevé que estén terminadas en 2033 y costarán unos 3.200 millones de euros. También incluirán construir la nueva terminal satélite y remodelar la T1 y la T2.
Pasar de la promoción a la gestión
En la rueda de prensa de presentación de Donaire, tanto él como el alcalde han insistido en la necesidad de cambiar el modelo turístico de Barcelona y pasar de la promoción a la gestión y la sostenibilidad. El experto, responsable técnico del Compromiso Nacional por un Turismo Responsable y del estudio sobre el límite de capacidad de acogida de Barcelona, sostiene que «se debe construir un modelo turístico que respete la calidad de vida de los residentes de la ciudad» y que Barcelona ya ha llegado a su «límite» turístico de visitantes, con 15,5 millones anuales.

