Apartur, la patronal barcelonesa de propietarios de pisos turísticos, reclamará a Europa contra la eliminación de licencias en la ciudad anunciada por el Ayuntamiento. A pesar de la adaptación a la ley catalana, la asociación considera que la medida vulnera la directiva Boelkestein de libre circulación de servicios. Desde la entidad, en una rueda de prensa, han tildado la no renovación de licencias de «expropiación», apuntando que el consistorio tendría que ofrecer «indemnizaciones de miles de millones de euros» para los rentistas de la ciudad; a quien considera que se está bloqueando «un derecho adquirido».
Justo es decir que, dentro del Estado, el decreto de la Generalitat en el cual se basa la medida está recurrido al TC, de la mano del Partido Popular. A la espera que se resuelva esta apelación y el posible acceso al TJUE de los agravios que detectan, la patronal se prepara para hacer llegar una queja formal a la Comisión Europea una vez esta esté constituida definitivamente, después del nombramiento este mismo jueves de Ursula von der Leyen como presidenta.
En este sentido, el presidente de la entidad, Enrique Alcántara, ha desbarrado contra la no renovación, tildándola de «expropiación de licencias». El movimiento del Ayuntamiento es, a parecer sienta, «inconstitucional» y «contrario a las directivas europeas». A pesar de las quejas de vecinos y asociaciones de la ciudad, Alcántara sostiene que la retirada de los apartamentos turísticos «es negativo para la ciudad», en cuanto que «la hace inviable como capital turística mundial». A ojos de la patronal, sin esta oferta «no se podría atraer ni la Copa América, ni lo Mobile ni nada por el estilo». También ha pasado al ataque contra el Gremio de Hoteleros, a quienes reclama «responsabilidad». Los alojamientos tradicionales, justo es decir, se han mostrado favorables a la retirada de licencias.

Contra la tasa turística
Durante la misma comparecencia, la entidad ha rechazado que «se haga responsable el sector turístico» de la emergencia residencial en la ciudad. El mismo portavoz, de hecho, ha apuntado que antes de la pandemia la cifra de apartamentos turísticos se elevaba hasta los 16.000, mientras que ahora solo quedan 10.000 y «el precio de la vivienda no para de subir». «Si la vivienda es el problema fundamental de la ciudad, el turismo también tiene que ayudar a solucionarlo», se compromete Alcántara, reclamando varias medidas para favorecer la oferta, como por ejemplo la resolución del problema de las viviendas vacías o la limitación de los negocios en pisos habitables.



