En una entrevista en el Diario de Tarragona, el presidente de la Federación Catalana de Fútbol, vicepresidente de la Real Federación Española de Fútbol y presidente de la Primera RFEF, Joan Soteras, ha explicado que el máximo organismo del fútbol español está estudiando introducir algunos cambios que permitirían «mejorar la categoría» y, precisamente, una de estas mejoras favorecería de pleno a Europa y Sant Andreu.
La mejora en cuestión se trata de aceptar la disputa de partidos de la Primera RFEF en un estadio habilitado con césped artificial, el tipo de gesta del cual disponen el Narcís Sala y el Nou Sardenya, los estadios de Sant Andreu y Europa.
Un cambio en la normativa
La normativa actual de la Primera RFEF, la categoría de bronce del fútbol español, especifica que los partidos de fútbol de esta categoría solo se pueden disputar sobre una superficie de césped natural y que es una condición que ha perjudicado varios equipos de la categoría, uno de ellos el Cornellà que está disputando sus partidos lejos del Baix Llobregat y tiene que jugar sus partidos como local en Palamós.
En la entrevista con el diario tarraconense, Soteras ha asegurado que «Uno de los primeros cambios que estudiamos es la posibilidad de jugar en campos con césped artificial. No os extrañe que se pueda jugar en este tipo de superficie con unas condiciones determinadas, no servirá cualquiera». Para ejemplificar esta situación ha utilizado lo BSC Young Boys, equipo que disputa la liga de Campeones y que «la está disputando con césped artificial homologado por la UEFA. Se tiene que dar la opción que la Primera RFEF se pueda jugar, puesto que no puede ser que haya campos que parezcan campos de patatas con césped natural. Es peor esto, que jugar en artificial».
Pero alerta, para homologar este césped, se tienen que «pasar una serie de auditorías para comprobar que se mantienen las condiciones y en caso de no cumplirlas, el césped se tendría que cambiar» y solo se podría jugar a fútbol 11, es decir, no se podrían disputar partidos de fútbol 7 ni tener las líneas de esta modalidad.
La capacidad de los estadios, otro cambio
Más allá del césped, uno de los otros cambios que estudia implementar la RFEF es modificar la capacidad mínima de espectadores en los estadios, cifrada en 5.000 espectadores, un hecho que impediría, a día de hoy, que se disputara la competición en el Nou Sardenya, que cuenta con una capacidad para 4.000 espectadores.
