Las exigencias de la RFEF para sus competiciones han vuelto a poner al Ayuntamiento de Barcelona entre la espada y la pared. Si el verano pasado el problema era el césped del estadio de Nou Sardenya, estadio histórico del CE Europa, lo que preocupa ahora es la iluminación del Narcís Sala. La UE Sant Andreu recibirá el próximo 4 de diciembre al Celta, un histórico de primera división, en la Copa del Rey, pero debe aumentar la potencia de las torres de luz si quiere jugar el partido en su estadio. El Narcís Sala está 300 lux por debajo de lo que exige la federación y el consistorio rema a contracorriente para adaptar el estadio a los nuevos requisitos. El club cuadribarrado recuerda que el cambio lo debe hacer el Ayuntamiento y “no depende 100%” de ellos, pero confía en que se llegará a tiempo.
Desde el club son optimistas con los plazos y ya han adaptado la zona de prensa –derribando una de las tres cabinas– para que las cámaras de Movistar puedan tener espacio. Todos los esfuerzos se centran ahora en la luz, después de que técnicos de la RFEF validaran el pasado lunes el césped y los accesos. El director general del club, José Manuel Pérez, hace un llamado a la calma y asegura que la comunicación con el distrito es fluida. “Hay nervios entre la afición, pero hace tiempo que se está trabajando en ello”, afirma el directivo, que explica al Tot Barcelona que los requisitos llevan tiempo y que el club lo había comunicado al Ayuntamiento.
El directivo comenta que la instalación eléctrica del Narcís Sala es “muy vieja” y que el Ayuntamiento trabaja en una doble vía. Una primera opción sería adaptar las luces led de algunas torres para conseguir la potencia deseada. Pero si la instalación del Narcís Sala, envejecida, no aguanta este cambio, se intentará habilitar unas torres adicionales para el partido contra el Celta. Desde la administración ya se está trabajando en el proyecto, pero todo ello requiere una licitación pública, lo que alarga “todos los procesos”, admiten en el club. La última eliminatoria de la Copa estuvo a punto de no jugarse justamente por un incendio en el cuadro de luces del estadio.

Este año, la RFEF se ha puesto seria con la normativa, sobre todo en los partidos de equipos de primera división. El ente federativo hizo la vista gorda en la última eliminatoria –contra el Teruel, un rival superior pero aún lejos de la élite– pero ya asentó un precedente con el partido entre el Atlètic Sant Just y el Mallorca. El equipo del Baix Llobregat se vio obligado a desplazarse al estadio municipal de l’Hospitalet de Llobregat porque la RFEF no validó su equipamiento. La UE Sant Andreu “no contempla” una opción similar a la del Atlètic Sant Just.
Presión sobre el Ayuntamiento
Los grupos de la oposición se han movido esta semana para presionar al Ayuntamiento de Barcelona. El consejero portavoz de ERC en el distrito de Sant Andreu, Carlos Escuredo, que ha visitado esta semana las instalaciones con una comitiva republicana, ha pedido a través de las redes sociales “soluciones inmediatas” y poner fin a la “endémica falta de inversiones en el Narcís Sala”. La portavoz de Junts, Ximena Jiménez, también se ha pronunciado en la misma dirección después de presentar un ruego al distrito. “Ninguna excusa puede dejar al equipo y a la afición sin vivir [la Copa] en casa”, ha tuiteado.
