Con el metro bastante lleno, un hombre saca una caja y se prepara una «raya» de droga, que instantes después esnifa ante todo el mundo. Entonces, al ver que lo están grabando, inicia una conversación con una persona sobre cómo se trata a las personas con adicciones y explica que vivió en Alemania durante cuatro años, enganchado a las drogas y viviendo en la calle. La secuencia es impactante, porque no es habitual ver una persona consumiendo droga en un transporte público y ante todo el mundo. El pasajero, visiblemente perjudicado, empieza a increpar los presentes en el tren diciendo que «es lo que hay» y que «el Código Penal no recoge que esto sea delito». También dice que ha sido militar y que sabe kickboxing: «Me veis tranquilo, pero a uno de seguridad lo he dejado inválido», amenaza.

También enseña la cartera y recuerda la instrucción al ejército, «maniobras, caminatas, campo de tiro, he hecho de todo! Me pagaban 5.000 pesetas». Y a continuación, suelta un mensaje para las personas que lo están mirando al convoy del L1: «Yo no me preocupo de quién mira o no mira Que los den! Y a quien no le guste que golpee el jefe contra la pared!», sentencia.

Desde el 2010 Metro dispone de un programa de prevención de lesiones por accidente de trabajo relacionado con el consumo de drogas y/o medicamentos, relativo al consumo de estas sustancias durante o antes de la jornada de trabajo. 

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