Los usuarios de un parking del centro de Barcelona han vivido esta semana un episodio bastante extraño. Los hechos tuvieron lugar la madrugada del lunes, cuando se produjeron varios robos en vehículos que estaban estacionados en el aparcamiento público ubicado a la altura del número 31 de la calle de la Reina Amàlia, en el barrio del Raval del distrito de Ciutat Vella. Podría tratarse de un acto vandálico más de los muchos que se producen a lo largo del año en diferentes estacionamientos de toda la capital catalana, pero este incidente tiene un patrón común que ha hecho levantar sospechas entre los clientes de este parking subterráneo con cerca de unas ochenta plazas.
Según ha podido saber el TOT Barcelona, de las decenas de vehículos que el lunes por la noche se encontraban aparcados en este recinto, solo cuatro coches resultaron vandalizados. Los cuatro aparecieron el martes a primera hora de la mañana con alguno de los vidrios rotos y se da la circunstancia de que todos eran de la misma marca: Volkswagen. El autor o autores de los hechos utilizaron un extintor para poder acceder al interior de los vehículos de madrugada y apropiarse de algo que había en el espacio reservado a los asientos o bien en el maletero. Dos de los coches, además, eran de importación y tenían una matrícula que no es la española.

Más allá de la coincidencia en el fabricante, sorprende que los ladrones no se hubieran decantado por abrir ningún otro vehículo. Sobre todo teniendo en cuenta que en el parking estacionan dos taxis, uno de ellos un Tesla relativamente nuevo, puesto que esta tipología de coches suelen ser un reclamo goloso para los delincuentes, que pueden apropiarse fácilmente del dinero que queda en el portamonedas después de una jornada de trabajo. Habitualmente, esta cantidad puede rondar los 20 o 30 euros. Esto hace pensar que los implicados quizás buscaban algo en concreto, que sabían que se escondía en un Volkswagen de este aparcamiento, pero no en qué modelo ni vehículo exactamente.

Degradación que atrae actividad ilícita
Todo ello ha hecho levantar las sospechas entre los usuarios de las instalaciones, muchos de los cuales inquilinos de alguno de los pisos de protección oficial que hay en el mismo edificio. De hecho, los clientes hace tiempo que denuncian el estado de degradación que presenta el parking, donde se acumula mucha basura que hace derramar las papeleras que hay en el interior y dónde también hay goteras, entre otras cosas. Esta falta de mantenimiento y el estado en general del recinto parece haber atraído cierta actividad ilícita que principalmente tiene lugar de madrugada, pero que podría estar vinculada a estos robos extraños vividos esta semana, según apuntan algunos usuarios consultados por este medio.
