Los Bomberos de Barcelona han tenido que desplegar una autoescala para rescatar a una persona de edad avanzada en el barrio del Carmel. Según explica el mismo cuerpo en las redes sociales, debido a diferentes circunstancias, la persona afectada fue evacuada por la fachada del edificio donde se encontraba, ubicado en la calle Serrallonga. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron cinco vehículos de los Bomberos, además de diferentes unidades de la Guardia Urbana y equipos del Servicio de Emergencias Médicas (SEM).
En estos casos, los bomberos despliegan un operativo muy completo a través del cual usan una escala de salvamento. Una de las que utilizan es la autoescala E-22, de 42 metros y una cesta final con una capacidad para cargar hasta 400 kilos. Los bomberos la dirigen a través de un monitor equipado que, por cierto, permite lanzar hasta 2.500 litros de agua por minuto, un aspecto que también es clave para extinguir algunos incendios.
Los bomberos, mucho más que agentes que apagan fuegos
El rescate de personas que quedan atrapadas en sus domicilios, por diferentes motivos, es una de las tareas recurrentes del cuerpo de bomberos, que más allá de apagar incendios, también socorren heridos en accidentes de tráfico o retiran y recolocan objetos pesados que molestan a la vía pública. Entre sus competencias también está la de intervenir en algunas operaciones de salvamento marítimo o la montaña, en el caso de Barcelona, Montjuic o Collserola, y lleva a cabo actividades formativas en la población.
Para citar algunos ejemplos recientes que también han saltado a la opinión pública, hace unos días los Bomberos reposaron unas luces de Navidad que cayeron a la Gran Vía fruto de las abanicadas o socorrieron, en una situación similar a la que se ha generado en el Carmel, una persona atrapada en un domicilio de la calle Gran de Sant Andreu. Del verano pasado también destaca la actuación que hicieron para rescatar un turista italiano que había caído por uno van barranco de la montaña de Montjuic o un segundo que se quedó inconsciente en la cubierta de un barco.
