El centro de derechos humanos Irídia pide seis años de prisión y doce de inhabilitación para dos agentes de paisano de los Mossos d’Esquadra que en 2020 agredieron a un hombre en el barrio del Raval (Ciutat Vella). La entidad indica, en su escrito de acusación, que los policías «agredieron físicamente» a la víctima y la insultaron con «expresiones homófobas» antes de quitarle su móvil. Según detalla la denuncia, los agentes iban de paisano y en ningún momento se identificaron como policías. «Se trata de un caso paradigmático de tratos inhumanos y degradantes motivados por discriminación por orientación sexual», ha defendido la coordinadora de Litigios de Irídia, Sònia Olivella, tras presentar la denuncia en el Juzgado de Instrucción 24 de Barcelona.
Los hechos ocurrieron el pasado 20 de diciembre de 2020, pocos minutos antes de las cinco de la madrugada en la calle de Joaquim Costa. Según el texto de la acusación, que ha podido consultar el Tot Barcelona, los agentes llevaban mascarilla y uno de ellos «llevaba una sudadera con la capucha puesta». «En el marco de esta retención, le preguntaron, de manera muy agresiva, de dónde venía. En ese momento, [Gustavo, la víctima] desconocía que los agentes acusados eran agentes no uniformados de los Mossos d’Esquadra en ejercicio de sus funciones, porque no se habían identificado en ningún momento como tales», destaca la acusación.
El demandante, que pensaba ser «víctima de un robo», pidió ayuda y entonces los agentes «con ánimo de humillarlo y lesionarlo», lo agredieron «de manera coordinada y concertada». Según el escrito de la acusación, la víctima cayó al suelo después de que uno de los dos agentes «le propinara un puñetazo en la cara». «Una vez en el suelo, en posición boca abajo y en una situación de indefensión total, lo golpearon de forma contundente con la porra en su pierna izquierda», insiste la acusación. Fue después que uno de ellos le gritó «Cállate, maricón». La víctima fue trasladada a un centro sanitario, todavía como detenido, y pasó una noche en la comisaría de Les Corts.

Violencia institucional
En declaraciones a los medios, Gustavo, la víctima, ha admitido que denunciar «ha sido doloroso y agotador, pero necesario». «Sentí miedo, vergüenza y una gran incomprensión. No fue solo la agresión física o el insulto homófobo, sino lo que todo aquello representaba: el abuso de poder, la violencia legitimada por un sistema que te borra, te hace callar y te culpa», ha remarcado. La víctima asegura que es un caso de «violencia institucional» que en ningún caso es aislada.
En su escrito, presentado directamente al magistrado, la acusación argumenta que estos hechos han generado lesiones tanto físicas como psicológicas en la víctima. A pesar de todo, Irídia lamenta que los Mossos no han abierto ninguna investigación interna y que la fiscalía tampoco ha querido investigar el caso. La defensa acusa a los policías de delitos de lesiones y de un delito de tortura o contra la integridad moral. La entidad también señala a la Generalitat de Catalunya como responsable civil subsidiaria.