La Guardia Urbana se ha encontrado con una situación cada vez menos habitual en Barcelona, pero que de vez en cuando continúa apareciendo en escena. A pesar de que los trixis o bicitaxis están prohibidos, todavía hay quien aprovecha este transporte para sacarse algun dinero con los turistas. El pasado miércoles, según apunta la policía municipal en un breve comunicado en las redes sociales, agentes del cuerpo pararon a un tipo de trixi que transportaba, sin tener licencia, a cuatro personas «a cambio de una contraprestación económica». La Urbana especifica que han denunciado al conductor y que ha retirado el vehículo de la vía pública.

Este tipo de vehículos desaparecieron de la calle el año pasado, fruto de una regulación municipal que los prohibía de las zonas más turísticas. El verano del año pasado, el consistorio requisó a un centenar de bicitaxis e impuso 250 sanciones a los conductores. Unas cifras que permitieron a Jaume Collboni, entonces teniente de economía, sentenciar que los bicitaxis «ya eran historia». Meses más tarde, la Generalitat de Cataluña incorporó la prohibición a la ley del taxi, sentenciando este negocio, bastante molesto para los vecinos de las zonas turísticas, en todo el país. Según el Ayuntamiento, antes de que se suspendiera la actividad, había cerca de un millar de bicitaxis en Barcelona.

Una actividad ‘sentenciada’ en Barcelona

Cada vez es menos habitual ver a conductores de estos vehículos, a pesar de que todavía queda alguno. El año pasado, el Ayuntamiento justificaba la ofensiva alegando que «generan molestias de circulación, problemas de seguridad y que hacen competencia desleal al taxi». De hecho, el bicitaxi es un vehículo que sacó de quicio a los vecinos de las zonas turísticas, primero, y del resto de barrios, después. Desde el consistorio aseguraban que el crecimiento de la actividad económica y del turismo en diferentes zonas de la ciudad –no solo céntricas– es un aliciente para montar negocios de este tipo, hecho que en su día provocó un «desbordamiento de estos vehículos hacia los distritos». En todo caso, Barcelona hace tiempo que ha dicho basta a los bicitaxis porque «no responden al modelo de movilidad ni turístico» que se quiere.

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