Los Mossos d’Esquadra precipitaron las detenciones a raíz del tiroteo en Nueve Barrios el pasado mes de abril por el riesgo de un nuevo incidente. Las seis personas arrestadas, de entre 23 y 63 años y vinculados a grupos rivales, mostrarían indicios que apuntaban a posibles nuevos enfrentamientos, hecho que aceleró la actuación de los cuerpos de seguridad. Hay que recordar que, entre todos los individuos, acumulan 46 antecedentes mayoritariamente vinculados a delitos violentos o contra la salud pública. De hecho, una de las armas intervenidas después del enfrentamiento producido el pasado 4 de abril ya se habría usado en un choque anterior, a finales del 2023, cuando se tiroteó un piso presuntamente relacionado con el tráfico de drogas. Uno de los seis detenidos, hay que recordar, resultó herido durante los hechos, habiendo recibido un impacto de bala al hombro.
Las hipótesis de los Mossos después del enfrentamiento apuntaban al estallido de tensiones por las incursiones de uno de los grupos en el territorio controlado por el otro. Unos primeros enfrentamientos, de alcance más limitado, habrían desembocado en el tiroteo que acabó con las seis detenciones. Incluso después del incidente, no se apaciguó la situación entre ambas familias, hecho que sugería, a parecer del cuerpo policial, que «un nuevo enfrentamiento armado era probable». Los hechos, hay que recordar, se produjeron en la calle Góngora del barrio barcelonés, una zona especialmente activa de nuevo Barrios que tuvo que ser aislada hasta la resolución del conflicto. En el momento, solo uno de los autores fue detenido, mientras que el resto acabó en manos de la policía a raíz de una operación al mismo barrio y en Palau-solità i Plegamans. Durante el despliegue, los agentes intervinieron dos armas de fuego, una arma de aire comprimido, un chaleco antibalas, munición y varias armas blancas, así como 13.000 euros e importantes cantidades de estupefacientes.

Investigación abierta
Más allá del aumento de las tensiones entre familias, los Mossos confirmaron que el conjunto de los investigados disponían de armas para repetir la agresión, o bien tenían acceso «de manera relativamente sencilla» en caso de que hubiera una nueva confrontación. A pesar de las detenciones, la investigación permanece abierta, especialmente en cuanto al uso de las armas encontradas durante la operación en el tiroteo del mes de abril. Los detenidos han pasado a disposición del juzgado de instrucción número 11 de Barcelona.