El epidemiólogo Oriol Mitjà ha hecho un llamamiento a «no emitir juicios apressurats» en el caso de el investigador de la UB muerto mientras hacía investigación sobre la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. En un hilo en la red social X, el antiguo Twitter, Medio ha asegurado que el contagio de esta enfermedad se produce «por pinchazos, no por vía aérea». En este sentido, apunta en su publicación a redes, la regulación «permite ciertas muestras a laboratorios» como el del afectado, si bien «prohíbe otros».
Según apunta Mitjà en el hilo, la normativa respecto de la conservación de muestras como las que se almacenaban en el laboratorio del investigador muerto había cambiado recientemente. «Las muestras se pueden manipular en laboratorios de nivel 2, o bien requieren laboratorios de nivel 3», explica el experto, apuntando que, antes de hacer ningún juicio, se tiene que «saber cuále era la normativa vigente cuando se registraron» las muestras sobre las que se hacía la investigación.
Varias formas de contagio
Tal como ha expuesto Mitjà en su cuenta de X, la infección de Creutzfeldt-Jakob se puede dar por ingesta de priones –de los agentes infecciosos en cuestión– o mediante una punzada accidental durante la manipulación de las muestras. Por este motivo, añade, «las infecciones ocupacionales son muy extrañas». El epidemiólogo, de hecho, recuerda dos únicos casos –uno el 2019 y uno el 2016, a Frància e italia respectivamente– en que un investigador murió después de una punzada accidental con un agente infeccioso de este tipo.
Los diferentes niveles de riesgo, pues, son lo que determinaría el tipo de protección y la normativa específica que se aplicaría en el caso del investigador de la UB. Según medio, las muestras de riesgo bajo son los tejidos de pacientes que sufren la enfermedad; mientras que muestras procedentes de ratones experimentales en que se provoca artificialmente el crecimiento de estos priones serían de un riesgo mucho más alto.