Macrooperativo de la Guardia Urbana y técnicos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) contra las golosinas de cannabis. Solo en un día, se han inspeccionado 35 establecimientos. El macrodispositivo, con un centenar de profesionales del consistorio, responde a la prohibición de venta decretada por el ministerio de Salud. A finales de abril, el Ayuntamiento ya avisó que incrementaría las inspecciones.
En un día, los agentes y la ASPB han detectado 145 infracciones y han abierto dos diligencias penales, por las cuales hay dos personas investigadas, por un delito contra la salud pública. También se han intervenido 1.800 artículos, de los cuales 873 por la vía administrativa y 927 por la vía penal, ya que había indicios de que podían contener extracto de cocaína, hachís u otros.
En el momento en que se conoció la orden ministerial, el Ayuntamiento emitió un decreto de alcaldía para impulsar las inspecciones en todos los distritos. Al mismo tiempo, el teniente de alcaldía de Seguridad Albert Batlle explicó que se habían puesto en contacto con el ministerio y la Fiscalía para saber cuándo se podrían iniciar las acciones penales.
«Alta capacidad de generar adicción»
El intendente mayor de la Guardia Urbana Benito Granados ha detallado que ahora los agentes cuentan con más herramientas para perseguir la venta de estos productos que, aunque parecen tener una apariencia inocua, pueden tener un riesgo elevado para la salud de las personas. Granados ha remarcado que estas sustancias tienen una «alta capacidad de generar adicción» y pueden llevar a una escalada en el consumo.
Por otro lado, Myriam Quiñoa, directora de Protección de la Salud de la Agencia de Salud Pública, ha explicado que con estas inspecciones se busca reforzar los controles sobre unos productos que nunca han sido autorizados, pero sobre los cuales ahora hay una orden explícita que prohíbe su venta.
