David Caballero, el histórico estibador asesinado de dos disparos en la nuca mientras desayunaba en la terraza de un bar en Montgat (Maresme), el pasado mes de noviembre, fue víctima de una venganza. Según informan La Vanguardia y El País, y confirma la ACN fuentes policiales, unos sicarios lo ejecutaron frente a la escuela privada Hamelin, donde estudiaban sus hijos, por deudas con el narcotráfico.
La víctima trabajaba de estibador en el Puerto de Barcelona y desde un primer momento ya trascendió que esta persona podía estar vinculada con una organización criminal dedicada al tráfico de cocaína a través del puerto de Barcelona, que fue desarticulada en España. Ante las sospechas, la Guardia Civil siguió el hilo de una investigación más grande que instruía un juzgado de Lérida sobre este grupo criminal y habría encontrado pruebas incriminatorias revisando las conversaciones telefónicas entre los miembros de la banda para asesinar al estibador de Montgat.
El cerebro del clan criminal habría sido la persona que planificó la ejecución a sangre fría desde la prisión, junto con cuatro personas más, y fijó una recompensa de 200.000 euros por la cabeza del estibador. Por otro lado, de las conversaciones telefónicas intervenidas se ha podido saber que semanas antes de su asesinato, la víctima habría intentado matar al líder de la banda criminal, contratando también unos sicarios.

La Guardia Civil confirmó que investigaba si había relación entre el asesinato y los narcos
La confirmación llega después de que el general en jefe de la Guardia Civil de Cataluña, Pedro Antonio Pizarro, manifestara en una rueda de prensa el pasado 24 de enero que se estaba investigando si la organización criminal desarticulada en España está relacionada con la muerte de David Caballero, expresidente de Barceloneta Futsal. «Se están investigando estos hechos que podrían estar relacionados con este asesinato», se limitó a decir entonces.
Este grupo criminal fue desarticulado en varias fases, en las que se terminó deteniendo a 25 personas –22 ingresaron en prisión–; se investigaron 8 más y se realizaron 29 registros en Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga y Cádiz. Durante los operativos, han confiscado más de 6 millones de euros en efectivo, grandes cantidades de droga, 48 armas de guerra, multitud de artículos de lujo y 30 vehículos de alta gama.