El juzgado de instrucción número 26 de Barcelona ha decidido archivar la investigación que se abrió el pasado mes de enero por la muerte de un padre y sus dos hijos pequeños en su piso del barrio de Horta. En un auto del pasado mes de julio, que no se ha conocido oficialmente hasta este viernes, la magistrada dice que no puede concluir que el padre matara a los hijos y se suicidara, lo que habría supuesto un crimen de violencia vicaria, tal como se apuntó inicialmente. Así pues, la justicia no ve indicios de criminalidad en la tragedia del barrio de Horta del pasado mes de enero y ha optado por archivar la causa. Además, tanto la inspección realizada en el lugar de los hechos como las autopsias y otras pruebas no han podido concluir que hubiera un delito.

La tragedia mortal se produjo el pasado 8 de enero en el piso donde vivía el padre, que se había separado de la madre. Tanto los menores como el padre murieron a causa de la inhalación de monóxido de carbono por la combustión de un brasero, ya que la casa estaba completamente precintada. Es decir, tanto las ventanas como las ranuras de las puertas estaban completamente tapadas con toallas y cinta aislante. Es precisamente por este motivo que el cuerpo de Mossos d’Esquadra, que se hizo cargo de la investigación de la tragedia, sospechó desde un primer momento que podía ser premeditado, para matar a los niños. Sin embargo, también valoraron que los hechos se produjeron en la que fue la noche más fría del año. Aun así, el Departamento de Igualdad y Feminismos de la Generalitat consideraba que los hechos habían sido intencionados por el padre, lo que indicaba un caso de violencia vicaria.

Dos coches de los Mossos en la comisaría de Les Corts | Blanca Blay (ACN)
Dos coches de los Mossos en la comisaría de Les Corts | Blanca Blay (Agència Catalana de Notícies)

La autopsia no revela un crimen

A pesar de las sospechas iniciales de los investigadores, la autopsia no encontró restos de medicamentos o drogas en el cuerpo de los niños y no pudo acreditar el origen de la muerte. Los forenses concluyeron que se trataba de una «muerte violenta», es decir, que no fue natural sino causada por un factor externo «indeterminado», pero no pudieron determinar si se trataba de un crimen, un suicidio o un accidente. Así pues, ante la falta de evidencias claras, la justicia se ha decantado por archivar el caso.

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