El juzgado de instrucción número 32 de Barcelona ha ordenado a los Mossos d’Esquadra que investiguen como se produjeron las graves quemaduras que ha sufrido en la mano un niño de 8 años, con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y discapacidad del 82%, en la escuela de educación especial Taiga de Barcelona cuando era atendido por dos monitores del centro el pasado 25 de enero.
Vosseler Abogados, que representan los padres del menor, han detallado que los progenitores han presentado una denuncia por estos hechos, que el despacho califica de «salvajes», y que los Mossos d’Esquadra ya están investigando después de recibir el requerimiento del juez. La directora ejecutiva del bufete de abogados que representa los intereses de la familia, Mònica Santiago, ha asegurado que los hechos «están muy lejos de considerarse accidente» y cree que son «un atentado directo a la integridad física de un menor de 8 años con TEA y discapacidad del 82%».
Los hechos se remontan al pasado el 25 de enero, cuando el menor era en el comedor de la escuela con dos monitores, se hizo sus necesidades encima y se manchó con heces. Entonces, los dos trabajadores del centro llevaron el menor hasta el baño y, después de ponerse guantes de látex, intentaron limpiarlo, pero el niño «se resistía». Según la versión del colegio, durante este forcejeo entre los dos adultos y el niño de ocho años, se golpeó accidentalmente el grifo y empezó a salir agua caliente, hecho que los monitores alegan que no percibieron para llevar guantes de látex, explican los abogados de la familia del menor al comunicado.

Los abogados de los padres del niño quieren hacer «justicia»
Por todo esto, ha asegurado que llegarán «hasta las últimas consecuencias para depurar todas las responsabilidades necesarias para hacer justicia ante situaciones tan lamentables como estas», y ha lamentado que «nos queda muchísimo para estar a la altura de la atención que las personas con necesidades especiales, y la importancia de continuar trabajando con inspección de educación en los filtros de las personas que trabajan con estos menores».
El menor está ingresado a la UCI
Después de una primera cura en el Hospital del Valle de Hebrón, los padres volvieron a llevar el hijo en el centro hospitalario el día siguiente, al comprobar que el niño estaba peor, con vómitos y un estado de gran somnolencia. En esta segunda visita, los facultativos de la unidad de quemados comprobaron la gravedad de las heridas y decidieron ingresarlo en la Unidad de Cuidados intensivos (UCI) del hospital, donde sigue actualmente. Los médicos, además de intervenir el niño para recibir un injerto de piel, han centrado sus esfuerzos para intentar que el menor no pierda movilidad en la mano afectada.
Los padres explican que tanto la doctora como la enfermera que atendieron al niño pusieron en entredicho que las heridas de la mano fueran provocadas para escaldarse con agua caliente. Además, señalan que el menor es sensible a estímulos externos y reacciona retirando las manos del agua cuando sube o baja de temperatura.