Los Mossos d’Esquadra han resuelto este mes de mayo un caso rocambolesco que hacía tiempo que les sacaba de quicio. La policía catalana ha conseguido finalmente identificar a una mujer barcelonesa que hacía más de dos años que se dedicaba a falsificar billetes para después introducirlos en el mercado. Según los cálculos de los agentes, la criminal habría puesto en circulación con éxito durante todo este tiempo más de 2.000 billetes fraudulentos en comercios de la ciudad, una cifra que equivale aproximadamente a 100.000 euros.
La investigación se remonta a principios del 2022, cuando la policía catalana detecta dos nuevas falsificaciones de billetes de 20 y 50 euros que se estaban utilizando para hacer compras en diferentes puntos de la ciudad. Estas copias eran de muy buena calidad y presentaban elementos comunes que indicaban que los estaba llevando a cabo el mismo falsificador. La encargada de introducir los billetes era una mujer que utilizaba peluca y ocultaba el rostro utilizando mascarillas y gafas de sol. La implicada cambiaba de distrito cada día y evitaba tener una rutina definida que facilitara su identificación.
A lo largo de los años, los billetes falsos que detectaban los agentes eran cada vez de más calidad: tenían incluso hologramas tridimensionales e imitaban la estampación de la marca de agua que tienen los billetes de euro las marcas táctiles que en los billetes auténticos están hechas con impresiones calcográficas. Todo ello indicaba los policías que se estaban enfrentando a un falsificador metódico y que buscaba la perfección en la confección de sus copias.
Localizada gracias a los comercios de Sants-Montjuic
Después de años de seguimiento, los Mossos d’Esquadra pudieron finalmente identificar la criminal el pasado 6 de mayo gracias a la ayuda de un grupo de comerciantes del distrito de Sants-Montjuic. Los responsables de los establecimientos alertaron a los agentes que una mujer estaba haciendo pequeñas compras con billetes falsos. Los efectivos se movilizaron rápidamente y la pudieron localizar y detener antes de que pudiera marchar de la zona, encontrándole encima nueve de las copias.
Los expertos de la Unidad Central de Falsificación de Moneda analizaron los billetes y pudieron confirmar que se trataban de los mismos que hacía tiempos que investigaban. Rápidamente, se pidió una orden de registro para entrar al domicilio de la mujer, un lujoso dúplex ubicado en el distrito de Nou Barris que se había convertido en un laboratorio artesanal de falsificación de billetes. Encontraron más de 50.000 euros en copias fraudulentas, material de todo tipo para poder hacer estas falsificaciones y una libreta donde la mujer anotaba todos los billetes que fabricaba y apuntes sobre cómo los podía ir mejorando.
Preguntada por los agentes, la mujer explicó que había decidido hacer el salto a la delincuencia después de quedarse sin ingresos y al comprobar de primera mano que no podía continuar manteniendo el alto nivel de vida que había llevado hasta entonces.