La Guardia Urbana de Barcelona resolvió la semana pasada un hurto de una manera poco habitual. Los hechos tuvieron lugar el viernes a primera hora de la mañana, cuando los agentes recibieron el aviso de que se había producido un robo en el distrito de Sants-Montjuic de la capital catalana.
Según ha explicado el cuerpo policial barcelonés en una publicación a través de las redes sociales, el ladrón había conseguido llevarse material electrónico de la víctima valorado en cerca de 4.000 euros, pero no había tenido en cuenta la posibilidad que uno de los aparatos tuviera geolocalizador.
Así pues, los efectivos que atendieron a la víctima del hurto pudieron comprobar como el geolocalizador de los auriculares Airpods de la marca Apple que el ladrón se había llevado entre su botín daban señal y pudieron empezar a seguir el rastro de los aparatos para probar de localizar y arrestar al hombre. Después de unos minutos de seguimiento, una patrulla del cuerpo policial acabó localizando y deteniendo el presunto autor del robo en la ciudad vecina de l’Hospitalet de Llobregat, justo antes de que pudiera esfumarse con los artículos sustraíaos.
Debate con la figura del alcalde de noche
Por otro lado, hay que recordar que una de las medidas que quiere aplicar Jaume Collboni al Ayuntamiento de Barcelona en clave seguridad es la de la creación de la figura del alcalde de noche en la capital catalana. De hecho, esta medida ya le ha costado algunas enganchadas con otras formaciones políticas, como la que tuvo en el pasado Ple del Ayuntamiento, cuando Daniel Sirera del PP le dijo que Barcelona necesita un alcalde con «dedicación completa, un alcalde de día que se comporte como un alcalde«.
Ariel Palitz, la primera alcaldesa por la noche de Nueva York explica, en declaraciones a la Agencia Catalana de Noticias que «por muy ruidoso que sea un bar o por muchas peleas que haya, no se resuelve nada solo con multas e inspecciones«, Palitz asegura que “hay que aportar soluciones y comunicación”. Los ‘zares’ de la noche de Londres y Ámsterdam defienden un modelo que implique mucho más diálogo con los locales de ocio nocturno y que exista una mejor relación con los vecinos.
