Operación conjunta de la Guardia Civil y los agentes de vigilancia aduanera de la Agencia Tributaria a el Puerto de Barcelona. Un operativo que ha permitido interceptar 419 kilos de cocaína escondidos en sacos de café procedente de Costa Rica. El protocolo ha querido que el contenedor donde se encontraban los sacos- sin paletizar y de unos setenta kilos cada uno- haya sido elegido para revisarlo al escáner por parte de la Unidad de Análisis de Riesgo de la Aduana de Barcelona.
Pero, los narcotraficantes han utilizado un sistema bastante llamativo por los investigadores porque es habitual en este tipo de mercancías. En concreto, el almacenamiento del café en sacos a los contenedores, y sin organización en palés, es un método que habitualmente emplean las organizaciones para ocultar envíos de cocaína. Un sistema que complica su manipulación y permite hacer pasar buey por bestia gorda. Pero, el escáner no engaña, y al pasar el contenedor, entre los primeros sacos de café, y próximos a la puerta, se podían apreciar unos chichones sospechosos, que despertaron las suspicacias de los agentes.

«El gancho ciego o rip off»
Así, que los investigadores aplicaron el protocolo y siguieron la mercancía hasta un almacén de logística donde se descargan los contenedores con café y cacao. Al llegar al almacén logístico, se abrieron las puertas del contenedor, e inmediatamente se vio que encima de los sacos de café aparecían unos chichones de color rojo y negro que, al ser descargados, se pudo comprobar que contenían 361 pastillas de cocaína retractiladas, con un peso de 419 kilos.
Segundos ha informado el instituto armado, esta modalidad de contrabando, donde solo hacerse la apertura del contenedor aparecen mochilas o fardos con cocaína entre la carga legal, sin estar escondidas, se conoce como gancho ciego o rip off. Se trata de una técnica que contempla que un tercero que forma parte de la organización narcotraficante y que no está involucrado en el envío legal, consigue llegar hasta el contenedor. Una vez localizada, e introduce la cocaína y lo cierra , de forma que, cuando este contenedor llega a otro puerto, otras personas de la organización lo abren, retiran la droga y vuelven a cerrarlo. De este modo, el contenedor queda limpio de polvo y paja y puede continuar su ruta sin sospecha alguna.