El cuerpo de Mossos d’Esquadra han desarticulado un grupo criminal que se dedicaba a vender productos robados a través de una cafetería al barrio del Arrabal de Barcelona. La operación policial tuvo lugar el pasado lunes 22 de julio durante la madrugada, la cual concluyó con la detención de seis personas que se dedicaban a la compraventa de móviles, ordenadores portátiles, cámaras de fotos, joyas de oro, documentación y otros objetos personales que habían robado previamente. A pesar de que la operación se efectuó hace menos de una semana, las autoridades policiales empezaron a seguir la pista a este grupo criminal meses atrás.

Las autoridades recibieron un aviso el pasado mes de diciembre en que los informaban que se estaban realizando actas de recaudación, es decir, que se vendían productos robados, en el interior de una cafetería del Arrabal. Concretamente, la organización criminal contactaba con ladrones multirreincidentes relacionados con robos y hurtos a la vía pública, para comprarles los productos robados a cambio de dinero. En aquel momento, pues, el cuerpo de policía catalán puso en marcha una investigación para esclarecer los hechos y desmantelar la organización.


Más de 120 teléfonos móviles localizados

En la intervención de este pasado lunes, los agentes del cuerpo consiguieron decomisar más de 120 teléfonos móviles, varios dispositivos electrónicos, tarjetas de crédito, joyas de oro y decenas de documentos de identidad. Además, se encontraron cerca de 20.000 euros en efectivo. Todos estos objetos se localizaron entre las tres viviendas donde la policía intervino. Durante estas intervenciones, se identificó y detener cuatro hombres de edades comprendidas entre los 25 y 48 años. El mismo día, los agentes se trasladaron a uno de los puntos de encuentro habitual de las personas investigadas e identificaron y detener dos miembros más del grupo criminal, de 25 y 27 años. Los arrestados acumulan 33 antecedentes por delitos similares como receptación, robos violentos, hurtos o pertenencia a organizaciones criminales, y pasaron a disposición del juzgado de guardia de Barcelona el 23 de julio.

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