27 de mayo de 2023. Irene, una niña de 3 años, y su madre, María, bajan de un ferry en el Puerto de Barcelona, procedentes de las Islas Baleares y con el coche de la abuela materna, un Dacia Sandero de color azul. Aquel día, la pequeña debía regresar con su padre, a quien un juzgado de Guadalajara le había otorgado la custodia total de la niña. Pero la entrega no se produjo y madre e hija desaparecieron del mapa. Hoy, 18 meses después, la madre está en busca y captura y el padre continúa buscando a su pequeña, que ahora ya tiene 5 años, sin tener noticia alguna. Esta semana, su cara y la de su madre, acusada formalmente de sustracción de menores, se están viendo hasta 40 millones de veces en cajeros automáticos de toda Europa, y es que Irene tiene una ficha abierta en el Centro Nacional de Desaparecidos del ministerio del Interior español, y otra en la asociación SOS Desaparecidos.
¿Un secuestro por parte de la madre?
El padre de la pequeña, que vive en Alcalá de Henares, aseguró en su denuncia ante la policía que era la segunda vez que la madre se llevaba ilegalmente a la niña. La primera fue en octubre de 2022, después de que los dos adultos rompieran su relación de pareja. Ella se fue a Mallorca con la niña y el padre la denunció. El juzgado de Guadalajara abrió diligencias contra la mujer, que de hecho, están aún pendientes de juicio. El padre ha explicado en un canal de búsqueda de desaparecidos que «la Policía ha agotado muchas vías para encontrar a mi hija, por eso lo hago público ahora, por si alguien la ha visto».
No se tiene ninguna pista clara sobre el destino de la madre y la hija una vez se les pierde el rastro en Barcelona, pero se sospecha que podrían haber abandonado el país en coche.