La madrugada del sábado 17 de junio un hombre gay fue agredido duramente por un contacto de Grindr, una aplicación para conseguir citas enfocada sobre todo a personas gays, bisexuales o trans. Tal como relata la periodista Anna Punsí, la víctima contactó con el agresor, subió a su casa y después de acordar que la víctima le pagara 50 euros para poder hacerle una felación, lo agredió y lo persiguió por la calle.
El hombre, de unos cincuenta años, salió de fiesta aquella noche y hacia las tres de la madrugada tenía ganas de sexo. Con esto, contactó por la aplicación con una persona que ofrecía sexo a cambio de dinero. Fueron a casa del agresor, un joven de unos 22 años, y cuando la víctima procedió a practicarle sexo oral, el agresor dijo «qué asco». El hombre intentó irse y el joven cerró la puerta muy fuerte, haciéndole daño en el pié.
Le agrede en su casa y en la calle
La víctima aseguró que no le quería dar los 50 euros porque no había practicado sexo oral, entonces el joven le agredió verbalmente con insultos homófobos: “Dame el dinero o té daré una patada en los huevos, maricón de mierda”. Finalmente, la víctima le dio los 50 euros. Seguidamente, huyó, pero lo persiguió por la calle y le propinó dos puñetazos e intentó robarle más dinero. Los hechos sucedieron en el barrio del Guinardó donde pasaban taxis y VTC, pero tal como recoge la denuncia, nadie hizo nada durante la agresión. Posteriormente, una patrulla de Mossos ayudó al indefenso hombre, que presentaba policontusiones, tal y como recoge el informe médico. El agredido sintió muchísimo miedo y explica que “el dolor físico es lo de menos, lo que más siento es dolor interno por lo que me ha pasado”, tal y como recogen las declaraciones a
Los Mossos ya han identificado al presunto agresor y ya ha sido denunciado al juzgado por coacciones y lesiones graves. De hecho, los cuerpos de seguridad ya han detenido a la víctima por un hurto en La Rioja. A pesar de que, según explica el medio, por la agresión, la Unidad de Investigación de los Mossos no ve delitos de violencia e intimidación porque habían acordado un precio antes de quedar, ni tampoco de homofobia, a pesar de que el caso está en manos de la Fiscalía especializada en delitos de Odio y Discriminación.