La Audiencia de Barcelona ha obligado a repetir el juicio contra un vigilante de seguridad del metro que rompió la pierna a un usuario no pagó para entrar al servicio de metro mayo del 2022. El pasado mes de febrero se juzgaron los hechos y se consideró que los actos del vigilante no iban destinados a hacer daño y que se aplicó la mínima fuerza imprescindible, hechos por los cuales quedó absuelto. El tribunal ha anulado la decisión y el juicio se tendrá que repetir con otro magistrado.
En el anterior juicio, el vigilante asegura que respondió a un ataque previo del joven, hechos que no se ven a las imágenes. El tribunal señala que la actuación del vigilante “no puede ser valorada como legítima” y las imágenes demuestran una “actuación con un exceso inaceptable”. Los magistrados consideran que el vigilante no tendría que haber reducido el usuario y que los otros vigilantes reprocharon la actuación “violenta y excesiva”.
Cronología de los hechos
El día 8 de mayo de 2022, cerca de las cinco y media de la madrugada, el hombre agredido y dos acompañantes entraron a la estación de Joanic de la L4. Los dos acompañantes validaron el billete, pero el agredido no a poderlo hacer, a pesar de llevar dos. Los acompañantes ofrecieron sus billetes y accedió con estos. A raíz de estos hechos, cuatro vigilantes de seguridad pidieron que el usuario saliera de la estación y entrara comprando uno de nuevo.
Versiones cruzadas
Las declaraciones no cuadran entre el vigilante y el usuario, puesto que según el vigilante, el usuario le hizo una «carga por detrás» y que «no sabía qué intención tenía». A las imágenes se ve como le hace una maniobra de inmovilización y le bloqueaba cualquier movimiento, una maniobra que causó la fractura del peroné al usuario y pasó por quirófano.
El joven, pero, asegura que el vigilante no lo dejaba volver a entrar aunque comprara otro billete, puesto que se había «colado a ala suya cara» y que lo arrinconaron contra la pared y produjeron comentarios «intimidatorios» como pueden ser «has tenido suerte, podría haber estado mucho peor si fuera otro». Los dos acompañantes corroboraron la versión de su compañero y denunciaron que les decían que no los grabara y que los vigilantes mantenían una actitud «agresiva».
