Mireia y Blanca son dos creadoras de contenido sobre la catalanidad y la lengua catalana, con la cuenta SOS Català en Instagram y TikTok, y en uno de sus últimos videos han querido hacer un experimento: intentar ser atendidas en catalán en bares y restaurantes de Barcelona. «La situación es desoladora, la verdad», concluyen las dos chicas, que han emprendido la «misión» de comprobar si las atenderán en catalán en diferentes negocios de restauración de la capital catalana. «Parece que les hablamos una lengua que no tiene nada que ver con Cataluña», lamentan en un momento del video que se produce después de que el escritor Pep Antoni Roig denunciara un episodio de catalanofobia en un local de la calle Muntaner.
@sos.catala la realidad de Barcelona
♬ original sound – Sos Català
La misión que emprenden no es nada compleja. Las dos chicas entran en diferentes negocios para comprobar si pueden ser atendidas en lengua catalana y piden cosas sencillas: batido de fresa, un bocadillo de jamón o una mesa para comer en la terraza. El resultado es calificado de «desolador» por las dos influenciadoras, ya que de todos los establecimientos solo consiguen que uno las atienda en catalán. El resto demostraban bastantes dificultades para entender lo que estaban pidiendo las dos chicas. Las chicas se topan con trabajadores que desconocen qué es un batido, confunden un «café con leche» con un «café con avena» y hay malentendidos cuando confunden el bocadillo de jamón dulce con uno de pavo. Aun así, las chicas, como ellas mismas verbalizan en el video, no se rinden.
La victoria final
Después de toda una mañana intentando ser atendidas en lengua catalana, las dos chicas preguntan a un camarero si en el establecimiento donde trabaja hacen bocadillos. «Tengo longaniza, pero bocadillo como tal no tengo», responde en catalán el trabajador. «Nos ha respondido en catalán, por fin. Una victoria», celebran las dos influenciadoras que remarcan que se han pasado «toda la mañana dando vueltas». El video, que cuenta con miles de reproducciones y me gusta, ha generado cientos de comentarios y reacciones. Hay usuarios que expresan su indignación y resignación por cómo está «quedando Barcelona». También hay quienes comparten experiencias similares, y otros que cuestionan por qué los negocios no garantizan un conocimiento mínimo del catalán.
