Helados de fruta y verdura, zumos congelados, bloques de hielo con fruta y una buena remojada a lo largo del día. Es la receta que aplica el Zoo de Barcelona para adaptar las condiciones de vida de los animales durante el periodo el verano, cuando las temperaturas son más elevadas y los animales pueden sufrir molestias. Es un protocolo que no solo modifica algunas pautas alimentarias, sino también hábitos diarios y algunos de los espacios en que viven los animales, como por ejemplo tener lagos de agua o tener libre circulación entre los espacios cerrados -donde acostumbran a dormir- y abiertos para que los mismos animales decidan en cada momento del día donde se encuentran más cómodos.
Helados, zumos y verdura congelada
A primera hora de la mañana, los chimpancés esperan con gestos de impaciencia su cuidador, que los lanza piezas de fruta congeladas. No es solo el helado refrescante, sino también la interacción con el cuidador. Se ensartan a sus árboles y redes para recoger con las manos las piezas de fruta, como un niño que quiere coger al vuelo la pelota que le lanzan. Después, gritos de alegría. Y uno de los chimpancés que se había quedado sin pieza de fruta congelada, se acerca al cuidador para reclamarle su pieza. También tienen su lago para remojarse a todas horas, espacios de sombra y también siempre abierta su cueva-habitación donde habitualmente hacen sus cabezadas.
En otro punto del Zoo, las joyas de la corona, las elefantas. Llegan dos cuidadores y cogen la manguera que rociaba el espacio de tierra donde se encuentran las elefantas. Las apuntan directamente cuando las gritan, y una de ellas se pone a tocar de la valla porque el agua le llegue mejor. Se mueve como quien está en un

Un protocolo extraordinario en verano
Estos son solo dos ejemplos del protocolo extraordinario que aplican los cuidadores del Zoo diariamente para garantizar el bienestar y la salud de los animales con estas temperaturas. Además de la alimentación, también se ha incrementado la renovación de los abrevaderos para que el agua siempre esté fresca -la correcta hidratación de los animales es uno de los pilares del protocolo- y se permite el libre acceso a los cobijos de las instalaciones de cada especie, donde hay sombra y se está más fresco. Además, también se ha intensificado la limpieza de las zonas acuáticas de los animales, y también de los lodazales, que tienen un papel muy importante en la regulación térmica de animales como los facoqueros, el rinoceronte y las elefantas.
El Zoo, que es uno de los refugios climáticos de la ciudad gracias a su abundante vegetación, mantendrá estas medidas hasta pasado el verano.