¿Hay barceloneses cansados de Barcelona? La respuesta, de acuerdo con los datos, es que sí. Casi tres de cada diez ciudadanos (el 27%) optarían por vivir en otra ciudad si tuvieran la posibilidad de marcharse. Una cifra bastante significativa, sobre todo teniendo en cuenta que el porcentaje de ciudadanos que optaban por coger las maletas no ha superado casi nunca el 20% en las últimas dos décadas, y que ha alcanzado el 15% en muchas ocasiones. Pero las últimas encuestas municipales anotan un cambio de tendencia en el 2021, justo después de la pandemia. Desde entonces, la cifra de ciudadanos con ganas de irse se ha estabilizado en torno al 30%.
Al ampliar la lupa encontramos que en ambos extremos de Barcelona aparecen los vecinos más disgustados. Más de la mitad de la Zona Franca marcharía a otra ciudad, lo mismo que ocurre en los barrios de montaña; Torre Baró, Ciudad Meridiana y Vallbona. De hecho, las asociaciones vecinales de estos tres barrios llevan tiempo denunciando un abandono por parte de la administración, que se nota el número de desahucios que sufre Ciudad Meridiana, por ejemplo, o en las deficiencias de transportes que tiene Torre Baró. En el caso de Zona Franca, la proximidad del Puerto y de las grandes industrias dibujan un paisaje menos agradable que en otras zonas de la ciudad.
El 17% cambiaría de barrio
En todo caso, todavía hay una mayoría que preferiría quedarse en la ciudad. Una mayoría, concretamente, del 72%. Ahora bien, también es remarcable que, pese a continuar en Barcelona, casi dos de cada diez personas (el 17%) optaría por cambiar de barrio. Es lo que ocurre sobre todo en la zona más turística: entre el 40 y el 50% de los vecinos del barrio del Gótico marcharían del barrio si tuvieran la posibilidad, según la última encuesta municipal. Y entre el 30 y el 40% de los vecinos que viven en el Raval y Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera –barrios fronterizos con el Gòtic– marcharían de la zona.
En el otro extremo se sitúa la parte alta de Barcelona. Menos del 10% de Pedralbes, Sarrià, Sant Gervasi o Les Corts marcharían de su barrio. De forma más aislada, también encontramos casos como Sant Andreu, con un vínculo vecinal muy arraigado, que también tiene un índice al respecto muy bajo. Contrasta con Trinitat Vella o Bon Pastor, barrios que hacen frontera con Sant Andreu, que tienen índices de insatisfacción bastante altos. Gràcia Nova, Poblenou y Diagonal Mar también tienen pocos vecinos que optarían por cambiarse de barrio o de ciudad.