Un macrooperativo contra los polémicos supermercados 24 horas que han proliferado en los últimos años en Barcelona ha destapado miles de irregularidades y deficiencias que ponen en duda su modelo de negocio. Según ha adelantado TV3, el Ayuntamiento de Barcelona, en colaboración con otras administraciones, ha liderado una intensa campaña de inspecciones que ha terminado con más de un centenar de negocios investigados en solo cuatro días. Según los resultados provisionales, todas las inspecciones han encontrado irregularidades: suciedad, goteras, instalaciones deficientes y falta de licencia están a la orden del día. El Ayuntamiento de Barcelona ya había avisado que vigilaría con lupa los supermercados 24 horas.
Las inspecciones se realizaron durante cuatro días entre finales de noviembre y principios de diciembre y han supuesto la movilización de más de un centenar de efectivos de la Guardia Urbana, la Policía Nacional, la Agencia de Salud Pública de Barcelona, Inspección de Trabajo tanto de la Generalitat como del Estado, técnicos municipales y de la Agencia Tributaria. Tal como explica la cadena pública, el primer día ya se detectaron más de 500 infracciones en una treintena de supermercados. Según el tipo de infracción, los propietarios pueden recibir una multa, un requerimiento para subsanar las deficiencias detectadas o incluso una orden de cese de actividad. Hasta ahora se han precintado al menos siete establecimientos 24 horas.
“En el Eixample ya tenemos muchas zonas tensionadas por el ocio nocturno, y el hecho de que muchos de estos negocios vendan alcohol fuera del horario perjudica la convivencia por las noches”, explica la gerente del distrito del Eixample, Anna Terra, la zona más afectada junto con Ciutat Vella. “Además, tanto sus productos como los servicios están enfocados al turismo, en zonas donde la presión turística ya es muy elevada”. En Barcelona se han concedido 700 licencias de supermercado 24 horas en los últimos cuatro años.
¿Cómo se prepara un dispositivo de inspección?
Un equipo de TV3 acompañó a los inspectores durante una de las intervenciones en la plaza Universidad. Para evitar sorpresas, agentes y técnicos acceden de manera simultánea a 15 supermercados. Así también evitan que se avisen entre ellos. Al entrar en un establecimiento de la ronda Sant Antoni, identifican numerosas irregularidades: cámaras de videovigilancia enfocadas a la calle, servicios no incluidos en la licencia de actividad como consignas o un cajero automático o rótulos que no cumplen la normativa de Consumo. Todo en un primer vistazo. Una inspección a fondo también revela suciedad, humedades y una gotera junto a un cuadro eléctrico.
El siguiente local, a solo 50 metros, tiene problemas con la instalación eléctrica y también presenta falta de higiene, con cucarachas muertas esparcidas por el suelo. No tiene agua corriente y los agentes encuentran una caja fuerte en el sótano. En otro establecimiento incluso encuentran un colchón escondido en un rincón del almacén. Los agentes sospechan que lo usan trabajadores que podrían estar siendo explotados. En un segundo supermercado el mismo trabajador confiesa que lleva medio año durmiendo en la tienda.
