Cerca de un centenar de personas se han manifestado por las calles de Barcelona este sábado para conmemorar el día contra la LGTBIfobia de este 17-M. Las entidades convocantes de la manifestación han querido destacar que la persecución que sufre el colectivo es el principal indicador de los delitos de odio en Cataluña y el segundo en Barcelona. Los convocantes han señalado que esta motivación de odio hacia el colectivo LGTBI es causada por estructuras sociales «patriarcales», el «desacomplejamiento» de la extrema derecha y la «pasividad de las instituciones».
La protesta se ha iniciado minutos antes de las siete de la tarde en los Jardines de Salvador Espriu (Jardinets de Gràcia) desde donde se ha desplazado por las calles de la Vila de Gràcia hasta llegar a la plaza del Raspall. Àngel Camacho, uno de los portavoces de la Crida LGTBI, ha asegurado que es necesario «hacer frente a los discursos de odio» y ha pedido que los gobiernos endurezcan y promuevan medidas contra la LGTBIfobia.
Desde las entidades han asegurado que los casos de violencia contra el colectivo «no son casos aislados». De hecho, Lara Morató, de la Asociación Catalana de Asexuales (ACA), ha explicado que «estamos en un momento de patologización constante de nuestra vida y eso tiene consecuencias para la salud mental» y desde Crida LGTBI han criticado que solo durante el 2024 se recogieron más de 300 incidencias LGTBIfóbicas. Las entidades han reclamado que haya un abordaje de las agresiones LGTBIfóbicas que «garantice la reparación» de las víctimas y la «transformación social», una red de Servicio de Atención Integral (SAI) 100% pública, una cuota laboral trans en todos los procesos de contratación públicos o la inclusión de la asexualidad en la ley.

Eurovisión en el ojo del huracán
La marcha el día contra la LGTBIfobia también ha cargado contra el Festival de la Canción de Eurovisión, de quien han llamado a boicotear por la participación de Israel en el festival europeo de música. Bernat Aragó, de la Crida LGTBI, ha acusado a la Unión Europea de «permitir la participación de un estado genocida» y han lamentado que se utilice «un evento supuestamente cultural para blanquear las violaciones de derechos humanos». La llamada al boicot ha terminado con una sesión de karaoke antieurovisivo en la plaza del Raspall desde donde Laia Bertan, una de las participantes en la protesta, ha señalado que «la bandera de Israel es la esvástica del siglo XXI».