El año pasado, los Bomberos de Barcelona extinguieron 1.094 incendios en interiores de viviendas. Esto supone una media preocupante de tres incendios domésticos al día. Estos son los datos que han llevado el cuerpo a hacer una campaña de concienciación y a pedir a la población que instale detectores de humo en sus casas. «Una detección rápida del humo salva vidas. Los detectores de humo son aparatos de prevención, para autoprotegernos y actuar», explican los bomberos.
Según el cuerpo, el número de víctimas se duplica en las casas cuando estas no disponen de detectores de humo. Y aun un aspecto más a tener en cuenta: la intoxicación por humo es la principal causa de víctimas mortales en los incendios y una actuación rápida puede rebajar la humareda.

«Se trata de aparatos sencillos que emiten una alarma acústica cuando detectan humo, en una etapa muy inicial del fuego. De este modo, permiten actuar inmediatamente llamando al teléfono de emergencias 112 y llevar a cabo acciones de autoprotección», explican los bomberos en un comunicado, que también remarcan que la instalación es muy sencilla y que no hay que hacer ningún tipo de obra. El precio de estos aparatos ronda los 10-15 euros.
¿Dónde se tienen que instalar?
Los bomberos detallan que estos aparatos hay que instalarlos en el techo, separados de las paredes y tan centrados como sea posible. Estas son las indicaciones básicas, aunque también es recomendable colocarlos en el pasillo o en el distribuidor que da acceso a las habitaciones, cerca de la cocina o dónde hay baterías de aparatos eléctricos, como por ejemplo los patinetes.
«Cuanto más ponéis, más protección tendréis», dice el cuerpo en la nota. Ahora bien, tampoco hay que abusar e instalarlos en espacios no recomendables. Es el caso de la cocina, el baño o cerca de aparatos calentadores, puesto que los vapores de la ducha o la cocina pueden provocar falsas alarmas.