“Hace medio siglo que nació el rey del rock”, “Las milicias, os necesitan!” y “La proclamación de la República” son algunos de los titulares que se leen a las portadas de antiguos diarios que decoran una tienda del Arrabal. Se trata de ‘A la Premsa d’Aquell dia…’, situada en el número 44 de la calle Joaquim Costa. Nació en 1994, y entrar supone hacer un viaje en el tiempo. Tal como explica al TOT Barcelona Angélica Constantini, propietaria del establecimiento junto con su hermana Àgata, se trata de un comercio “único en el Estado”, donde se puede encontrar un incontable número de diarios antiguos. “Aprovechamos la altura del local porque el metro cuadrado es muy caro en Barcelona”, dice entre unas estanterías altas donde se guardan, entre plásticos y alejados de la luz natural, para que resistan el paso del tiempo. 

No son diarios corrientes, son miles de reliquias del pasado, publicadas a lo largo del siglo XX y el que llevamos de XXI. Al ver los más antiguos, es imposible no pensar en cómo han inmortalizado todos estos años hechos que pasaron en épocas lejanas y fueron importantes para la sociedad del momento. Mientras Constantini enseña las tres salas que hacen de almacén, detalla que hay ejemplares del diario AVUI, EL País, La Vanguardia y Diari de Barcelona, entre otros. También hay míticas revistas como Destino, Hola, Mundo Revista, La Estampa o Esfera. Del diario AVUI, concretamente, habla con aprecio mientras enseña unas ediciones encuadernadas. “Es el primer diario que se escribió en catalán después del franquismo. Mucha gente fue a comprarlo después de 40 años sin poder escribir en catalán”, recuerda. 

Una idea procedente de Bruselas

Sus padres tuvieron la idea de fundar este negocio tan específico y atípico en los años noventa. Constantini recuerda que la idea vino de Bruselas, donde vivía un amigo de su padre que le explicó que existía este tipo de negocio. Él y su madre decidieron hacer lo mismo en Barcelona, pero ante todo, necesitaban conseguir diarios. Los encontraron con ingenio y explorando diferentes vías, como recorriendo pueblos, rebuscando en las paradas del Mercado de els Encants y visitando pisos que quedaban vacíos cuando sus inquilinos los dejaban o en casas de coleccionistas. Cuando tuvieron suficientes, se lanzaron a montar el negocio. 

Las salas donde se guardan los miles de diarios que se pueden encontrar en la tienda / Jordi Play
Las salas donde se guardan los miles de diarios que se pueden encontrar en la tienda / Jordi Play

Las portadas de los diarios han ido cambiando mucho con el paso de los años, lo cual se ve a la perfección al ver juntos un ejemplar de la revista HOLA de enero del 2023 y de Destino del 1976, donde, por ejemplo, se asocia a Juan Carlos I con la democracia con el titular “El Rey: viaje a la democracia”. Son muchos los factores que hacen que haya esta distancia, y un muy fácil de ver que cada diario es un reflejo de su tiempo.

Lo que no ha cambiado nunca es la clave del éxito de este negocio, el motivo de compra de los clientes: hacer regalos de cumpleaños. “La mayoría quieren regalar a una persona querida el diario del día en el cual nació”, dice. Aun así, la sensación que provoca es nostalgia, «porque es un documento que salió a la calle el mismo día que tú, y además, tiene el valor que otra persona lo ha guardado todo este tiempo”. 

El concierto de The Beatles en La Monumental

Mientras Constantini comparte su experiencia, es fácil ver anotaciones de fechas y palabras clave que tiene colgadas, bien a la vista sobre su escritorio, para tener presentes ejemplares emblemáticos, que hablan de luchas y derrotas y que los clientes le pueden pedir habitualmente, como “20-09-36 Miliciana” o “24-04-39 No pasarán”. También pertenecen al pasado los diarios que hablaron, en su momento, de acontecimientos históricos que muchas personas compraron por, de alguna manera, guardarlos con ellos, como el concierto de The Beatles de 1965 en La Monumental o el hundimiento del Titanic. Los que hacían referencia a los británicos se agotaron rápidamente.

A la Prensa de Aquel Día nació el 1994 / Jordi Play
A la Premsa d’Aquell Dia nació en 1994 / Jordi Play

A veces algunos clientes también han comprado diarios donde aparecían acontecimientos de los cuales fueron parte o, incluso, protagonistas. “Cuando la guerra civil acabó, muchos niños que se habían exiliado en Francia volvieron. La Vanguàrdia publicó una edición con los nombres de todos los niños que habían vuelto”, indica. “Una mujer vino a buscar el diario y, al encontrar su nombre, dijo: esta de aquí soy yo”. 

Los 29 años de vida de este establecimiento, junto con el hecho de saber que su colección de diarios va de 1900 hasta el 2023, hace que que sea difícil imaginar la cantidad que puede haber en este local. Constantini no sólo desconoce la cifra, también le cuesta estimar una cifra aproximada. Lo que sí que puede decir es que hubo una época en la cual llegaron a tener más de 300.000 ejemplares. Desconoce si su futuro será tan esplendoroso como aquellos tiempos cuando los diarios de papel se acaben de extinguir. “No sabemos si las generaciones más jóvenes pasarán de todo o tendrán interés porque no lo han conocido”. La duda de si aquello que es desconocido será atractivo o quedará demasiado lejos como para querer abrazarlo. 

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