Un tercio de los pacientes menores atendidos en la Unidad de Atención a las Violencias hacia la Infancia y Adolescencia de la Vall de Hebrón por violencia sexual, el 36% del de todo el conjunto, sufre estrés postraumático. Lo han explicado al ACN el responsable del servicio, el equipo EMMA, durante la presentación de su balance anual. Concretamente, han informado que de los 314 pacientes se han visitado, un 80% han sido víctimas de violencia sexual. Al mismo tiempo, un 60% ha presentado psicopatologías que han requerido tratamiento especializado. También han señalado que en el 85% de los casos el agresor es una persona conocida por la víctima y que muchos de los episodios, el 45%, se producen en el ámbito familiar. Solo en un 13% de las situaciones el autor de los abusos es un individuo de una edad similar a la víctima.
En cuanto al perfil más habitual de pacientes, Anna Fàbregas, coordinadora del equipo EMMA, ha explicado a la ACN que es lo de una niña de 10 años que le hace la revelación a su madre. “En el 87% de los casos son niñas que tienen entre 8 y 12 años en los momentos de los hechos”, ha indicado. Cuanto más grandes son las víctimas, más proporción de niñas hay, pasando del 62 al 91%.
Principales síntomas
También Fàbregas ha subrayado que un 60% de las víctimas de violencia sexual presentan psicopatologías que requieren un tratamiento especializado. La más común es el trastorno por estrés puesto-traumático (TEPT). Los síntomas más habituales que presentan estos niños y adolescentes son recuerdos intrusivos y pesadillas recurrentes, evitar situaciones, lugares o personas que se asocian con los hechos vividos; irritabilidad, estado de hipervigilancia, dificultad para experimentar emociones positivas o pérdida de interés en actividades que antes resultaban gratificantes. Otras enfermedades comunes, además del TEPT, son la depresión, las conductas autolesivas o la ansiedad, que son habituales entre estos pacientes.