El instituto Milà y Fontanals, un centro educativo de máxima complejidad situado en el barrio del Raval, ha vivido un año convulso desde la designación de la nueva directora el pasado mes de julio. A través de un comunicado, la Asociación de Madres y Padres (AMPA) y la asamblea docente del centro denuncian que durante todo este curso se han vivido «una serie de conflictos internos» que han acabado repercutiendo en el profesorado y en el proyecto educativo del instituto: «A lo largo del curso, se han desarrollado varios conflictos entre parte del claustro y la dirección, generando un clima de tensión. Esto ha provocado que varios miembros del profesorado hayan tenido que pedir bajas laborales por motivos de salud, evidenciando el grave impacto emocional y psicológico de esta situación», aseveran.
Fruto de esta escalada de malestar, el 40% de la plantilla del centro ha optado por no renovar su plaza de cara en el curso próximo, cosa que plantea un escenario «crítico» para «la estabilidad de la plantilla, después de dos cursos con muchos movimientos». Denuncian que estas no-renovaciones se deben a criterios «completamente arbitrarios» que no se basan en su tarea profesional: «La relación no horizontal entre dirección y profesorado, empleada por el Decreto de Plantillas, anula el funcionamiento democrático del centro y atenta contra los derechos laborales», aseveran. Es por estos motivos que la asamblea docente del Milà, junto con la AMPA del Instituto, han hecho pública su demanda al Consorcio de Educación para que la dirección el centro «reclame las 9 profesoras que la dirección no quiere reclamar por motivos arbitrarios», y han anunciado movilizaciones por esta semana.
Comprometer la «calidad» del proyecto educativo del centro
Ahora bien, aseguran que la no renovación de casi la mitad del claustro no solo repercute en la estabilidad del profesorado, sino que también supone un gran impacto «en el proyecto educativo» del instituto: «La vinculación establecida de los docentes que marchan con el alumnado y las familias, así como la capacidad de trabajo conjunto en diferentes ámbitos de conocimiento, y el funcionamiento de las comisiones del centro, se ven gravemente afectadas», argumentan desde la asamblea de docentes. En este mismo comunicado apuntan que el hecho que buena parte de la plantilla opte por no renovar la plaza compromete «la calidad y la coherencia» de los programas y proyectos que actualmente están en marcha en el centro, como por ejemplo el programa de escuelas por la igualdad y la diversidad o el programa de innovación pedagógica en mirada restaurativa: «Estas dificultades se ven acentuadas por la situación de este centro del Raval, un barrio con una fuerte segregación escolar que requiere un compromiso y una estabilidad excepcionales por parte del profesorado», concluyen.