El Tribunal Supremo ha dado la estocada final a los ocellaires de la Rambla. Según ha avanzado
Fue Ada Colau, la entonces alcaldesa de Barcelona, quien ordenó el 2021 eliminar estas paradas. Dos juzgados desestimaron entonces las medidas cautelares que habían pedido los ocellaires. El enero del 2022, el Instituto Municipal de Mercados de Barcelona dio un mes de plazo para desalojar las paradas de pájaros y de nuevo los ocellaires intentaron pararlo con un recurso. Un juzgado de lo contencioso-administrativo de la capital catalana dio la razón al consistorio otra vez en septiembre. Poco después, el marzo del 2023, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña confirmó la decisión y los ocellaires recurrieron al Supremo, que los ha acabado de cerrar la puerta.

El camino jurídico tortuoso que ha acabado con un portazo
La tarea del Supremo era determinar si se vulneraron los derechos fundamentales de los ocellaires cuando el Ayuntamiento de Barcelona los dio un mes para marchar mientras estaba en tramitación la ILP que habían presentado para intentar que se declarara su actividad patrimonio cultural inmaterial de Cataluña. Una vez el Parlamento rechazó la ILP, el Ayuntamiento pidió que se archivara el recurso, pero el Supremo lo rechazó. Esta decisión del Supremo se tomó en diciembre, cuando la cuestión todavía estaba en manos del Tribunal Constitucional, que finalmente inadmitió el recurso de amparo. Una vez el máximo tribunal inadmitió la impugnación, ya no hay ningún motivo jurídico para revocar la orden municipal que desalojó los lugares que vendían pájaros y así lo ha confirmado el Supremo con su sentencia.