El antiguo cinema Comèdia ya es propiedad del fondo Stoneweg. Este inversor ha cerrado esta semana la adquisición del edificio histórico ubicado en la intersección entre la Gran Via de les Corts Catalanes y el paseo de Gràcia para ubicar allí a partir del 2027 un nuevo Museu Thyssen. La compañía no ha querido precisar la cantidad total invertida en la operación para hacerse con el recinto hasta ahora propiedad de las familias Pla y Planàs, pero sí ha detallado que la compra y la rehabilitación del edificio superará los 100 millones de euros.
El pacto para el traspaso se ha formalizado con el asesoramiento del despacho Graells March Abogados, la consultora inmobiliaria Savills España y el apoyo financiero de la Banca March. Los nuevos propietarios prevén llevar a cabo una remodelación integral del antiguo cine, «respetando su valor patrimonial y dotándolo de elementos arquitectónicos que lo convertirán en un nuevo símbolo urbano». Las obras de rehabilitación estarán a cargo de los estudios Casper Mueller Kneer Architects (Alemania) y OUA (Cataluña), que también trabaja en la reforma polémica de la antigua redacción de El Periódico.
En cuanto al contenido del futuro equipamiento, los responsables de la iniciativa indican que el museo tendrá una colección permanente centrada en el arte catalán de los siglos XIX y XX y que esta se complementará con muestras itinerantes, dejando abierta la posibilidad de exponer en estas instalaciones obras propiedad de la baronesa que se encuentran en otros museos repartidos por el mundo.
Más de 134 años de historia
Cabe recordar que el cine cerró sus puertas a principios de 2024 y que desde entonces el futuro de este recinto catalogado como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) había sido una incógnita. Su trayectoria se remonta a finales del siglo XIX. El empresario y político Frederic Marcet encargó en 1887 al maestro de obras Tiberi Sabater i Carné el proyecto para convertir el hasta entonces palacio de Llorenç Soler i Olivé -construido en 1869- en su residencia. Las obras terminaron en 1890.
En 1935, la trayectoria del inmueble dio un giro. El empresario Josep Maria Padró encargó la construcción de un gran teatro. La reforma, que llevaron a cabo los arquitectos, Pere Domènech i Roura y Josep Rodríguez i Lloveras, se interrumpió por la Guerra Civil. Después del conflicto, se retomaron y el Teatre de la Comedia se inauguró el 2 de abril de 1941, con 1.246 butacas. Como cine abrió en 1960, primero como sala única, siendo uno de los cines más importantes de la capital catalana. La última gran transformación se hizo a mediados de los años 90, cuando el cine se convirtió en un multicine, con cinco salas, muy de moda en aquella época.