La Blanca Serra ha sentado un precedente importante. Es la primera víctima de torturas en la comisaría de Via Laietana que declara en sede judicial. «No sé qué pasará, es una situación nueva para mí, pero también para la fiscal», ha señalado rodeada de periodistas y entidades a las puertas de la Ciudad de la Justicia. La fiscalía ha aceptado investigar su caso amparándose en la ley de memoria democrática, que abre la puerta a estudiar los casos con violaciones graves durante la Guerra Civil y la dictadura posterior. Sin mucha esperanza en el camino de la justicia, Blanca ha pedido que su ejemplo sirva para «abrir el tema». «Que se continúe hablando de esto y que la juventud tenga en cuenta lo que ha pasado, está pasando y lo que pasará».
«Aunque celebremos los 50 años de la muerte del dictador, todavía hay muchas cosas que no han cambiado, que han continuado igual», ha insistido Blanca, que ha entrado en los juzgados alzando el puño y con un mensaje claro a las instituciones. «Es intolerable que se piensen que los torturadores y los torturados pueden compartir espacio, un piso para uno y otro para el otro, eso no puede ser», ha dicho sobre el debate que rodea ahora la comisaría. La Moncloa ha convertido el edificio, ahora mismo sede de la Policía Nacional en Cataluña, en un espacio de memoria, pero se niega a reubicar a los agentes.

Blanca presentó la denuncia el pasado noviembre por presuntas torturas durante cuatro detenciones entre 1977 y 1982. La incógnita ahora es saber qué pasará con las tres últimas denuncias de torturas -ocurrieron ya en democracia- porque la ley de memoria democrática solo habla del período comprendido entre 1936 y el día que entró en vigor la Constitución española, en 1978. «Yo, como soy independentista, pienso que todo continuará igual y que no lo lograremos hasta que no tengamos algo menos malo», ha declarado Blanca.
«Un paso importante»
El presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, ha destacado la declaración de Blanca como un «paso adelante» en la reparación de las víctimas, aunque incompleto. «Es importante que la fiscalía dé credibilidad a la denuncia de torturas. Debemos trabajar hasta el final de la reparación, hay que seguir luchando contra la impunidad de la dictadura y por una justicia real», ha señalado. Antich ha recordado que hay «dos intentos muy serios bloqueados por los tribunales en los últimos años» y confía en que la declaración de Blanca abra una «grieta» para investigar otros casos.
Diferentes entidades materialistas y personalidades como la expresidenta del Parlament Laura Borràs o el exlíder de la CUP David Fernàndez han acompañado a Blanca. Desde Irídia, la entidad que ha llevado la defensa, han recordado que «hace décadas» que se lucha por una imagen como la que se ha producido este lunes. «Esta justicia llega tarde, muy tarde. Muchas personas ya no están aquí hoy», ha lamentado Anaïs Franquesa. «Esperamos que sea la primera de muchas, queda mucho trabajo por hacer, no ha terminado», ha concluido.