Es uno de los secretos mejor guardados del centro de la ciudad. Ubicado en la antigua Casa de Convalecencia del recinto histórico del Hospital de la Santa Creu, un recinto en pleno barrio del Raval que actualmente acoge la sede del Instituto de Estudios Catalanes (IEC), encontramos un espacio privilegiado donde la literatura y la vegetación convergen en una combinación única en el mundo. Hablamos del jardín Mercè Rodoreda, un lugar ubicado sobre la fachada suroeste del edificio e inaugurado en el año 1998 por el entonces alcalde barcelonés Pasqual Maragall que hasta hace poco más de un año contendía una muestra de todas las especies de flores y plantas que la reconocida escritora catalana menciona en su extensa obra literaria.

Glicinas, mimosas, granados enanos, nenúfares y, por supuesto, camelias. Estas son algunas de las variedades que hasta finales del 2022 se podían encontrar en este pequeño oasis en las alturas, que se podía visitar bajo un horario bastante restringido siguiendo un recorrido por diferentes fragmentos de las obras más icónicas de Rodoreda. Desde hace poco más de un año, sin embargo, el espacio está cerrado al público por unas obras de remodelación que ya encaran su recta final. Según ha podido saber el TOT Barcelona, los trabajos llevados a cabo por la empresa Eurocatalana se han centrado en la resolución de todo un seguido de «defectos técnicos» del jardín que estaban afectando a la estructura del edificio donde está ubicado. En concreto, los trabajadores del IEC habían detectado una serie de humedades provocadas por infiltraciones de agua provenientes del sistema de riego de estas instalaciones.

Aspecto del jardín Mercè Rodoreda a la sede del Instituto de Estudios Catalanes (IEC) en una imagen de archivo / IEC
Aspecto del jardín Mercè Rodoreda en la sede del Instituto de Estudios Catalanes (IEC) en una imagen de archivo / IEC

Unas previsiones que podrían alargar la clausura

La complejidad de esta actuación -sobre todo teniendo en cuenta que el jardín forma parte de un conjunto arquitectónico de propiedad municipal y catalogado como monumento nacional desde el 1931- ha hecho que finalmente se alargara más de lo esperado y que a estas alturas se estén terminando los últimos detalles. Durante este más de un año de obras también se ha aprovechado para remodelar y repensar el espacio, introduciendo varias mejoras y acentuando su singularidad. La reforma se ha hecho con el apoyo del Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya, la Diputació de Barcelona y el Ayuntamiento de Barcelona y en colaboración con la Fundació Mercè Rodoreda.

Ahora bien, a pesar de que los trabajos ya están prácticamente acabados, el jardín Mercè Rodoreda no podrá reabrir de manera inmediata. Fuentes del IEC consultadas por este medio han confirmado que la previsión es que el espacio no se pueda reabrir al público hasta el próximo otoño, puesto que la actual situación de sequía y las restricciones en el uso de agua impiden plantar los ejemplares en este momento. El cierre, sin embargo, podría alargarse todavía más si el escenario de falta de precipitaciones sigue las previsiones de las autoridades, que apuntan que la ciudad de Barcelona podría entrar en la fase más grave de emergencia por sequía durante los meses de verano, cuando las reservas de agua se sitúen bajo unos mínimos históricos y se apliquen restricciones en el consumo en los hogares de la capital catalana.

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