Las poblaciones de jabalí y los incidentes a la vía pública se han reducido en los municipios que rodean Collserola durante estos últimos meses de invierno. Concretamente, el Departamento de Acción Climática ha comunicado este viernes que la densidad de población de los jabalíes se ha situado en 8,2 animales por kilómetro cuadrado, menos de la mitad de hace dos años. Esta bajada de la población de jabalíes en estos últimos dos años se explica por las actuaciones de control y por los efectos de la sequía, que ha reducido la vegetación y el agua disponible para los animales.
En el apartado de las medidas de control de la población, durante la última temporada se han cazado y capturado un total de 594 ejemplares. La mayor parte de los capturados fueron en ambientes forestales, 87 en vareo y 305 con batidas nocturnas. La reducción de las capturas ha sido sobre todo en las zonas urbanas, con 202 ejemplares, un tercio del total del 2022. Así, la densidad mediana estimada durante este invierno ha logrado un valor de 8,2 jabalíes por kilómetro cuadrado. Con esta cifra se recuperan los valores previos al 2020, cuando las restricciones de la movilidad por la pandemia provocaron una reducción de las acciones de caza y control y esto favoreció un aumento de la población. Por ejemplo, el invierno 2020-2021 la densidad fue de 17 jabalíes por kilómetro cuadrado.

Caen los incidentes en la vía pública
La caída de la población de jabalíes también ha provocado que en los últimos meses se haya reducido considerablemente los incidentes provocados a la vía pública en Collserola y que hayan obligado a activar los procedimientos de captura. En concreto, al término de Sant Cugat del Vallès solo se ha tenido que capturar un ejemplar que llegó a las puertas del Ayuntamiento. El año anterior fueron 301. Al término de Barcelona han sido 201, cuando el anterior fueron 292.
Acción Climática explica esta bajada en los indicadores de abundancia y conflicto en zonas urbanas por los efectos de las medidas de control de la población, las acciones de caza y control a las zonas forestales durante los últimos años y la sequía continuada. Esto último ha reducido la disponibilidad de alimento en los bosques por el déficit hídrico. Además, la supervivencia de las crías se ha hecho más difícil en verano por estas condiciones. Por otro lado, las restricciones de riego urbano en las ciudades por la sequía han hecho desaparecer también los jardines y el agua a tierra, uno de los focos de atracción de los jabalíes en las ciudades durante el verano.




