El análisis de las aguas residuales es uno de los mecanismos más eficientes por evaluar el consumo de drogas en una ciudad. Bajo esta premisa, el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) elabora cada año un informe donde se exponen los resultados del estudio de las cañerías de las principales capitales y núcleos de población de la Unión Europea (UE), probando de detectar de este modo la presencia de sustancias estupefacientes y comparando su concentración con los registros de años anteriores para determinar si ha habido un aumento o no del consumo.

La investigación de este año ha contado con la participación de científicos de varias áreas de investigación para analizar los restos presentes en las aguas de una selección de grandes ciudades europeas entre las cuales se encuentra Barcelona. En concreto, los investigadores han analizado muestras de las cañerías para determinar el consumo comunitario de hasta seis sustancias estupefacientes diferentes: cocaína, cannabis, anfetaminas, metanfetaminas, MDMA y ketamina. La capital catalana ha hecho pleno en todas las tipologías, es decir, que se ha detectado la presencia de rastros de todas estas sustancias. Eso sí, algunas de las drogas se han identificado con una concentración más alta que otras.

Con la publicación de los resultados del último informe del OEDT el pasado miércoles, destacaba por encima de todo el aumento especialmente pronunciado de las trazas de ketamina en las aguas residuales barcelonesas, que han registrado un incremento del 77% respecto a las cifras del año pasado. Lo mismo pasaba con el MDMA, que sube este año un 20% más que en el año anterior. Estos datos siguen la tendencia detectada en toda Europa, donde el consumo de estas dos sustancias va al alza, tal como indican los análisis de restos presentes en el alcantarillado.

La única droga que su consumo cae ligeramente

Sin embargo, en la capital catalana también se ha detectado un ligero repunte del consumo de cannabis, hecho que consolida Barcelona como la ciudad catalana con más restos de esta droga a sus cañerías y la tercera en el ranking de ciudades europeas. En cuanto a la cocaína y las metanfetaminas, su presencia en las aguas residuales barcelonesas se mantiene estable, con unos valores muy similares a los obtenidos el año anterior. De todas las sustancias estupefacientes analizadas, solo las anfetaminas registran una pequeña bajada en la ciudad respecto a los datos del ejercicio anterior.

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