Jaume Capdevila es un habitual del Mercat dels Encants. El alter ego del conocido ninotaire Kap acostumbra a pasearse por las paradas de este emblemático recinto de las Glorias casi tres veces por semana, aprovechando que su hija va a una escuela próxima a las instalaciones. En la mayoría de sus prospecciones, el dibujante acaba marchándose con las manos vacías, hecho que no frena sus ganas de volver a pasar al día siguiente. «Los Encants hacen un trabajo increíble. Ya no podemos hacer como los egipcios, que se enterraban con todas sus pertenencias. No todo tiene un valor y pasearte por el mercado te vacuna contra el hecho de acumular cosas«, explica en una conversación con el TOT Barcelona.
La tradicional inspección ocular de este miércoles, sin embargo, estuvo marcada por un hallazgo inesperado. En una de las múltiples paradas que llenan este espacio protegido por una especie de pérgola de aluminio gigantesca, Capdevila localizó un cuadro de marco dorado con una figura masculina apoyada sobre una mesa de despacho que le resultaba familiar. El protagonista de la pintura era el reconocido escritor y pensador Luis Racionero, con quien el ninotaire había coincidido en varias ocasiones durante su trayectoria profesional. Después de la sorpresa inicial, una segunda repasada del estand permitió al dibujante comprobar que la presencia del retrato no era anecdótica: el paradista en cuestión tenía toda una colección de objetos, documentos y recortes de prensa que habían pertenecido a Racionero.

Las pertenencias del escritor catalán -muerto el 8 de marzo del 2020- habían llegado a los Encants como tantos otros objetos que provienen de pisos que se vacían por la defunción de los titulares. El responsable de la parada había competido contra otros compradores para hacerse con el lote completo en la clásica subasta que tiene lugar todos los lunes, miércoles y viernes de ocho a nueve de la mañana. A pesar de alzarse victorioso, el vendedor no parecía demasiado consciente del contenido que tenía entre manos y mucho menos de quién había sido su anterior propietario, tal como apuntó él mismo en declaraciones al programa

Misterio del origen resuelto
Una vez digerido el choque inicial, Capdevila compartió en las redes sociales su hallazgo a modo de información de servicio, por si alguna persona estaba interesada a acercarse al mercado y adquirir alguno de estos objetos. La publicación tuvo un gran revuelo e incluso el hijo del pensador, Alexis Racionero, se puso en contacto con el ninotaire para explicarle que todos los objetos y documentos de valor y los recuerdos más importantes ya estaban guardados y que la familia solo había decidido deshacerse de algunos de los trastos viejos que tenía el escritor.
Resuelto el misterio de la procedencia de esta particular colección de un personaje ilustre, el dibujante considera que es importante reivindicar el papel de este mercado en el reciclaje del legado de muchas personas y luchar para evitar que pierda su esencia. «Qué tenemos que hacer con los ceniceros, los discos o los paraguas cuando alguien se muere? A veces es mejor que acabe en los Encants y que alguien le pueda dar una segunda vida«, asegura.