Josep Lluís Núñez es uno de los personajes instalados con más fuerza en el imaginario colectivo de Barcelona. El documental ‘Núñez’, estrenado el pasado diciembre en la plataforma digital 3Cat, explica su historia a través del testimonio de periodistas, profesionales del fútbol y otros comunicadores para transmitir la repercusión que tuvo en la sociedad catalana. Más allá de llevarlo hasta el presente como el hombre que presidió el F.C. Barcelona entre el 1978 y el 2000, se le recuerda como el empresario que transformó el paisaje urbanístico de Barcelona con el Grupo Núñez i Navarro.
La empresa constructora de Núñez creció durante la época del exalcalde José María de Porcioles, marcada por el desarrollismo y la construcción sin límite. Su actividad no solo dio a los barceloneses nuevas viviendas y oficinas cuando la capital catalana trataba de modernizarse, también supuso una pérdida importante del patrimonio arquitectónico. Tal como se explica en ‘Núñez’, los antiguos edificios de los chaflanes de la ciudad tenían habitaciones con forma triangular. Núñez cambió esta realidad cuando encontró a un arquitecto que le diseñó edificios con habitaciones cuadradas y, en consecuencia, consiguió que muchos propietarios, con estas fincas infrautilizadas, se las vendieran.
El final de la Casa Trinxat
Muchas de estas construcciones eran muy valiosas arquitectónicamente, ya que eran de estilo modernista, racionalista o contemporáneo, pero Núñez las derrocó para construir nuevas. En el documental se dice que tiró al suelo hasta 200 edificios modernistas, como Casa Trintxat, obra de Josep Puig i Cadafalch de principios del siglo XX. Gracias a todo esto, se ganó el título del rey de los chaflanes, pero también una fama de especulador que perdura en los tiempos actuales. «Sus actuaciones inmobiliarias no tenían más intención que especular», señalan al documental. Núñez, por su parte, desmintió en entrevistas de la época estas acusaciones.