La calidad del aire, la ausencia de ruido y la presencia de naturaleza en entornos escolares tienen un «impacto directo» en la salud física y mental de los niños. Esta es la principal conclusión que la Societat Catalana de Pediatria ha presentado este martes a los grupos parlamentarios de Cataluña. La comunidad de pediatras remarca que existe una «evidencia científica» que avala la transformación de los entornos escolares, una afirmación que acompañan de un decálogo de recomendaciones centradas en la reducción de la contaminación y de los accidentes de tráfico en estos espacios.
La plataforma Revolta Escolar se ha hecho suyo el informe y ha aprovechado los consejos de los profesionales para presionar al Ayuntamiento de Barcelona, a quien acusan de impulsar medidas tímidas y poco ambiciosas alrededor de las escuelas. «Desde la Revolta Escolar celebramos esta comparecencia como un paso fundamental para poner la salud infantil en el centro del debate político. Es inadmisible, sin embargo, que, hoy en día, el Ayuntamiento de Barcelona mantenga paradas o minimizadas las actuaciones de transformación de entornos escolares«, apunta el colectivo de familias en un comunicado.
En este mismo escrito, las familias exigen al Ayuntamiento que «escuche a la comunidad científica y pediátrica» y retome «con urgencia» las reformas de los entornos escolares. La plataforma insiste en que no todos los centros tienen entornos pacificados y seguros, y acusan al ejecutivo de Jaume Collboni de haber desacelerado la reforma de estos entornos.
Una decena de propuestas
Los pediatras, en su informe, piden transitar hacia un modelo de ‘Ciudad 30’. El primer consejo es la pacificación de los centros, priorizando la ausencia de coches alrededor de las escuelas. Sobre movilidad, el decálogo pide carriles bici amplios en los alrededores y sustituir los aparcamientos de vehículos por aparcamientos de bicicletas. Los pediatras también hablan de «monitorizar las aulas» con sensores de calidad del aire y de sonido que se adapten a los criterios dictados por la Organización Mundial de la Salud.
Según los médicos, sería bueno para los niños poder realizar la actividad lectiva «al aire libre siempre que sea posible». Y para ello se debe poder trasladar el aula «a entornos naturales cercanos al centro educativo al menos una vez a la semana». En este sentido, se necesitan calles seguras y adaptadas para este objetivo. Por último, se pide establecer planes de salud medioambiental escolar «para cada centro» e «incluir expertos y afectados» en las decisiones sobre movilidad.