Tot Barcelona | Notícies i Informació d'actualitat a Barcelona
Los restaurantes más antiguos de Barcelona que mantienen viva su identidad

En Barcelona hay un incontable número de restaurantes, algunos muy buenos y otros que son totalmente prescindibles. Lo que cuesta cada vez más encontrar, pero, son restaurantes de toda la vida, que no hayan acabado reconvertidos en grandes cadenas sin personalidad propia. Uno de los que mantiene viva la identidad de la Barcelona de siempre es el restaurante más antiguo de la ciudad y de Catalunya: Can Cullaretes, situado en el número 5 de la calle de Quintana, al barrio Gòtic. Sus orígenes se remontan al año 1786. De hecho, el Libro Guinnes de los Récords certifica que es el segundo restaurando más antiguo de España. Desde el 1958, está al frente la familia Agust-Manubens. La cocina tradicional catalana y de calidad es la clave de su éxito. Las manitas de cerdo o el bacalao en lata son algunos de los platos estrella que salen de los fogones de Can Cullaretes.

200 años de vida

Otro clásico de la capital catalana es el Bar Marsella, que abrió las puertas por primera vez el 1820. Es evidente que no es un bar cualquiera: ha sobrevivido durante 200 años en el centro de Barcelona, concretamente al número 65 de la calle de Sant Pau, en el barrio del Raval. Entrar hoy en día significa hacer un viaje al pasado, como a la época de la República, donde se hacían reuniones clandestinas; o también a los tiempos en los cuales Salvador Dalí y Ernest Hemingway iban a beber absenta.

Su estética no ha cambiado mucho. Las mesas y la barra, entre otros elementos, son de madera. Las paredes están destartaladas y el techo parece que está a punto de caer. Este entorno especial ha estado anteriormente escenario de algunas películas, como ‘Las aventuras del joven Indiana Jones’ de Geroge Lucas y ‘Vicky, Cristina, Barcelona’, de Woody Allen. Llegar hasta este punto de su historia, pero, no ha estado fácil. El 2013 estuvo a punto de cerrar porque al inquilino se le había acabado el contrato de alquiler y la propiedad quería vender todo el edificio sin locatarios. Finalmente, pero, se salvó cuando el Ayuntamiento compró todo el edificio.

Un nombre icónico

Los Caracoles se encuentra desde el 1835 en el número 14 de la calle de Escudellers, al tramo que hace esquina con la calle de nuevo de Sant Francesc, en el barrio Gòtic. Inicialmente, pero se decía Can Bofarull con motivo de la familia que lo regentaba: la familia Bofarull. Esto, pero, cambió cuando, poco tiempo después de abrir, destacó entre sus clientes uno de los platos que elaboraban: los caracoles. Este plato no quedó en una anécdota, sino que le dio tanta fama que el establecimiento cambió de nombre el 1915 por Los Caracoles. Más tarde, cuando la segunda generación estaba al frente del negocio el 1934, incluyeron en la carta diferentes platos de carne típicos de la cocina catalana, como cabrito al horno o canelones.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa