El anuncio de cierre del cine Comedia trastornó a muchos barceloneses la semana pasada. Sobran los motivos. Hacía 60 años que el cine se encontraba en una de las esquinas del cruce del paseo de Gràcia y la Gran Via y en los últimos años Barcelona ha visto cerrar muchos espacios y comercios emblemáticos. Este martes, pero, unas declaraciones del regidor de Cultura, Xavier Marcè, transmitieron cierta tranquilidad. Concretamente, dijo que confiaba que las instalaciones del antiguo cine, el Palau Marcet, acabarían acogiendo una actividad cultural. También reconoció que desconocía cuál sería exactamente. “Es evidente que el destino cultural del local está garantizado, otra cuestión es la actividad concreta que se hace”, afirmó.
Esto quiere decir que el Comedia podría no terminar en manos de grandes marcas de ropa, como es típico en esta zona de la ciudad, y mantener su esencia. Son muchos más los casos de instalaciones culturales o comercios que han cerrado para siempre, pero hay unos cuantos que se han salvado. Un ejemplo es Cal Pep, una bodega de la Vila de Gràcia originaria del 1937 a la cual el Ayuntamiento quería obligar a cerrar temporalmente por “un incumplimiento de la ordenanza de medio ambiente por ruido”. La condición era que pudiera reabrir después de que hiciera las obras de insonorización pertinentes. Un día antes de que bajara la persiana el pasado 19 de diciembre, una orden del juzgado pidió suspender temporalmente el cierre. “El juez ha dicho en el Ayuntamiento que le falta información para ordenar la clausura”, explicó en declaraciones al TOT Barcelona su responsable, Griselda López.
Cambio de local
Otro comercio que ha resistido es El Grabador Inglés, especializado en la confección de sellos, placas y letreros. Nació el 1932 en el número 2 de la ronda de la Universitat, local que tuvo que dejar el pasado mes de agosto porque la propiedad tenía nuevos planes. “La cuestión no es que nos quisiera subir el alquiler. La propiedad tiene otro proyecto, pero no sabemos cuál es”, dijo Rodara el pasado mes de agosto en declaraciones a este diario. La nueva vida la empezó aquel mismo mes en el número 600 de la Gran Via, situado en el barrio de la Dreta de l’Eixample.
El bar musical Prize es un clásico del barrio de Sant Antoni. Después de 30 años de trayectoria, el diciembre del 2022 se vio abocado a un cierre forzado a causa de un cambio de propietarios del edificio donde está ubicado, el número 130 de la calle de Floridablanca. Su responsable, Xavi Prize, estaba amenazado de desahucio. Después de semanas de movilizaciones vecinales y de varias publicaciones a los medios de comunicación, el desahucio se suspendió gracias a un acuerdo in extremis que permitió al Prize continuar. El Prize se quedó en el barrio.
La lliberia Alibri tiene otra historia de éxito. El comercio, situado en el número 26 de la calle de Balmes —Dreta de l’Eixample—, abrió las puertas el 1925. El octubre del 2012, fuentes de Alibri explicaron a la ACN que el establecimiento bajaría la persiana antes de finales de año porque su propietario no quería continuar con el negocio. Finalmente, pero, el guion de esta historia vivió un giro de 180 grados. Un proyecto barcelonés de suscripción literaria, Bookish, compró Alibri para evitar su cierre. El objetivo era “conservar y potenciar la actual plantilla, cuidar y conservar la historia centenaria de la librería, renovar y modernizar el espacio; potenciar sus actividades y relación con la actividad cultural de la ciudad, y convertirla en un referente cultural”.
El destino del Antic Teatre, situado en el número 12 de la calle de Verdaguer y Callís —al barrio del Born—, todavía no está asegurado del todo, pero por el que ha escrito de momento, tendría que tener la misma suerte que los anteriores establecimientos. Hace un año el Ayuntamiento anunció que lo compraría para que se convirtiera en un equipamiento cultural más de la ciudad. La propiedad había amenazado subir el precio del alquiler. El primer movimiento se hizo durante el último pleno de la exalcaldesa Ada Colau, cuando se aprobó la modificación del PGM. Esta semana, pero, los actuales gestores del Antic Teatrr han insistido que hay que continuar avanzando en el proceso y que, por lo tanto, se tendría que incluir en los presupuestos del 2024.
