La madrugada del 26 de junio del 2016, la estación de Bogatell fue el escenario de una brutal paliza. Un grupo de personas apaleó a un hombre de 45 años en un vagón de metro porque se quejó de que le estaban molestando. La agresión le dejó graves secuelas: ceguera parcial en un ojo y una tetraplejia leve, que le obliga a usar un andador en casa y una silla de ruedas en la calle.
Este domingo se ha sabido que el Tribunal Supremo ha confirmado una condena a Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), con motivo de esta paliza, que supone pagar una indemnización de casi un millón de euros a la víctima. El tribunal, además, ha denegado los recursos formulados para los tres agresores, condenados a siete años de prisión.
Agresión homófoba al metro
La Audiencia de Barcelona confirmó el pasado mes de enero la sentencia que había anunciado un juzgado de Barcelona el pasado mes de julio, cuando condenó a un joven a tres años y medio de prisión por perpetrar, juntamente, junto con otros jóvenes, una agresión homófoba al L1 del metro. Desde el punto de vista de la Audiencia, las cámaras de seguridad probaron que el acusado era uno de los autores de la paliza. Los delitos que se le imputaban eran de lesiones graves con la agravante de discriminación por razón de orientación social.
La agresión tuvo lugar en enero del 2019. Todo empezó cuando el joven agredido subió a un convoy del metro con una camiseta donde se leía “Aliméntame y dime que soy guapo”. Esto hizo que los tres juzgados, que iban con dos menores, se acercaran a la víctima. Entonces, uno de los menores le dijo: “Levántate, de hombre a hombre. ¿O qué pasa, que no eres un hombre? Ponte de pie, mariquita. ¿Qué pasa, que eres un mariquita?”. Ante esto, el joven defendió su orientación sexual: “Sí, soy mariquita, y tú eres burro”. Después llegaron los puñetazos y las patadas a pie.
