A las puertas de otro verano que se presupone bastante cálido, Arrels Fundación ha alertado que las personas sin hogar tienen «más posibilidades de sufrir insolaciones y quemaduras«. Los sintecho también sufren los efectos de las vacaciones, que se traduce en «menos espacios donde cambiarse de ropa, ducharse o comer» o «más días de espera para acceder a servicios sociales«. Por eso Arrels recuerda, en un comunicado, que vivir en la calle comporta riesgos «durante todo el año, también en verano».
Desde Arrels, además, aseguran que las personas sin hogar tienen los mismos síntomas que el resto de la población. Durante el verano van más cansados y muchos de ellos, avisan, no se mueven porque no tienen fuerzas para hacerlo. La otra gran preocupación proviene de las personas que duermen durante el día. Los técnicos mantienen que muchos no lo hacen de noche por miedo y que durante el día se queman después de exponerse mucho rato al sol en una misma posición.

Uno de los testigos que explican los riesgos es José Luis, una persona que hace 16 años que duerme en la calle. Asegura que «vivir en la calle puede ser más difícil en verano que en invierno» y pone el énfasis en que «muchos servicios cierran hasta septiembre»: «Las duchas y las fuentes me las encuentro muchas veces cerradas por restricciones de agua y los vecinos y vecinas que me conocen marchan de vacaciones», explica aprovechando el altavoz de la entidad.
Detenido un hombre vinculado con la muerte de un sintecho
La entidad tampoco ha querido pasar por alto las últimas noticias relacionadas con las personas sin hogar. Este fin de semana, los Mossos han detenido un hombre presuntamente vinculado con la muerte de un sintecho el pasado miércoles, 28 de junio, en la Vila Olímpica. Según apuntan las crónicas del día 28, la víctima sería un hombre senegalés que nunca había generado problemas al entorno. En este sentido, Arrels ha explicado, en un tuit, que siete de cada diez personas que viven en la calle en Barcelona son migradas. En cambio, solo representan el 29% del padrón municipal. Ser migrante, sentencia, «es un factor de riesgo que puede comportar exclusión social».