Después de que el consejo de gobierno de la Universitat de Barcelona (UB) acuerdes este miércoles romper todos los lazos con Israel, tanto con la universidad de Tel Aviv como los convenios que mantenían hasta ahora con empresas del país que se encuentra inmerso en una guerra con Palestina, los centenares de acampados que hace semanas que ocupaban el patín del Edificio Histórico han decidido poner punto final a la protesta: «Anunciamos que viernes 24 de mayo por la tarde pondremos fin a la acampada para dar un paso adelante de la lucha», aseguran desde la organización de la protesta a través de un comunicado difundido en las redes sociales. Ahora bien, los manifestantes también han querido dejar muy claro que seguirán reivindicando que el gobierno de la Generalitat y el Estado español -que ha anunciado que reconocerá el estado palestino el 28 de mayo- «rompan todas las relaciones militares, políticas, económicas y culturales con el Estado genocida de Israel».
Los participantes de la acampada califican el acuerdo del consejo de gobierno de la UB de «victoria histórica» y creen que supone un «precedente» que hace falta que el resto de universidades catalanas sigan: «Durante más de siete meses de genocidio, la universidad había estado incapaz de emprender acciones efectivas para romper su complicidad con Israel. Esta victoria es resultado de meses de trabajo que han culminado con 17 días de una acampada protagonizada por el movimiento estudiantil con el apoyo clave de decenas de organizaciones», explican en este mismo comunicado. Ahora, pues, después de esta pequeña victoria, los organizadores se preparan para llevar a cabo nuevas acciones: «Ya estamos trabajando con organizaciones sindicales por hacer posible la convocatoria durante el mes de junio de una huelga general por Palestina«, aseveran.

Las trabas de la acampada
Durante los 17 días que ha durado la protesta, los estudiantes han tenido que hacer frente a situaciones que podían entorpecer la protesta, como por ejemplo la celebración de las elecciones catalanas del 12 de mayo, o la Fiesta de la Ciencia que se celebró en la universidad. «Nos dijeron que no habría ninguna decisión mientras estuviéramos acampadas. Nos dijeron que no se celebraría el consejo de gobierno hasta que no marcháramos. Nos querían convencer de que nuestra protesta no tendría ningún efecto, pero no hemos cedido a las amenazas y hemos demostrado que nada de todo esto era cierto», concluyen los organizadores de la acampada.