Cataluña atraviesa una situación de sequía persistente que ha provocado que el nivel de las reservas de agua se haya reducido drásticamente. Ante la inminente declaración de la primera fase de emergencia, que comportará la reducción del volumen de consumo de agua permitido por persona en el día, el Puerto de Barcelona impulsa un acuerdo con las diferentes compañías de cruceros que operan en Barcelona para que los barcos solo puedan cargar agua en caso de extrema necesidad y cuando no haya alternativas viables.
Así lo han asegurado este martes por la mañana a través de un comunicado, donde también han querido dejar claro que los cruceros solo representan, según cifras del 2022, el 0,09% del consumo de agua en la ciudad. Es decir, que suponen un consumo muy pequeño del total de la capital catalana. Según asegura el presidente del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó, la medida está fomentada por el puerto y toda su comunidad y supondría «una autorregulación que nos permite reducir nuestros consumos»: «Desde el Puerto de Barcelona hemos decidido apelar a la sensibilidad de las compañías de cruceros para evitar al máximo el suministro de agua en el Puerto», asevera el máximo responsable de la organización. Aun así, Salvadó ha querido recordar que, actualmente, la mayor parte de la flota de cruceros que opera en la capital catalana cuenta con potabilizadoras a bordo, cosa que la hace autosuficiente en cuanto al consumo de agua.

Abastecimiento de agua obligatorio a los barcos
Ahora bien, a pesar de que endurecen las restricciones y limitan el abastecimiento de agua a una situación extrema, desde el Puerto están obligados a ofrecer el suministro de recursos hídricos a todos los barcos que lo soliciten, puesto que así queda recogido en uno de los servicios comerciales previstos al Capítulo V del Título VI del Texto Refundido de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante. Por lo cual, partiendo de esta base, la limitación de cargar agua a bordo queda bajo la responsabilidad de cada uno de los cruceros.