El Puerto de Barcelona está en el punto de mira por la construcción de los nuevos accesos viarios y ferroviarios del recinto. La entidad ecologista Depana ha denunciado a la Fiscalía que estas obras iniciadas ahora hace unas semanas se están haciendo en unos terrenos al margen del río Llobregat altamente contaminados con cromitas y otros metales pesados.
Según ha explicado el vicepresidente de Depana, José García, en una atención a los medios de comunicación recogida por la ACN, estos restos tóxicos provienen de la antigua fábrica PESA, dedicada a la fabricación de sales de cromo, que se abocaron ilegalmente en varios puntos del área metropolitana en los 60 y 70. «Estamos hablando de unas 300.000 toneladas de residuos altamente contaminantes que pueden poner en riesgo la salud de los trabajadores y contaminar los acuíferos de la zona», ha señalado García.
El portavoz de la entidad ha asegurado que las administraciones conocen el problema y las consecuencias a futuro que puede tener, pero que ninguno quiere reconocer su existencia porque le supondría asumir el coste de retirar estos residuos que sería «altísimo». En este sentido, García también subraya que los trabajos se están haciendo con una Declaración de Impacto Ambiental «caducada», puesto que está datada del 2007 y fue revisada por última vez el 2013.
Posible delito contra el medio ambiente
Por todo esto, desde Depana lamentan que la autoridad portuaria, a pesar de conocer la problemática, decidiera iniciar las obras sin ninguna investigación sobre la contaminación, ningún tratamiento de los residuos ni ninguna advertencia ni protección del riesgo hacia las personas que trabajan a las obras y que transitan los terrenos. Con la denuncia presentada a la Sección de Delitos contra el Medio Ambiente y Urbanismo de la Fiscalía de Barcelona, la entidad deja en manos de la justicia el caso solicitando que se investiguen unos hechos que a su parecer podrían llegar a ser constitutivos de un delito penal contra el medio ambiente.
